Es el tipo de postre ideal para terminar una cena en las noches de verano que se nos avecinan, porque sabe a eso, a olor de jazmín en una madrugada de junio, a temporada de piscina recién estrenada y a paseo marítimo en vacaciones... ¡Oh, qué poético me ha quedado!
Bueno, a la receta...
Ingredientes (para 4 personas)
500 gr. de queso fresco 0%
50 gr. de queso Philadelphia Light
4 cucharadas soperas de azúcar moreno integral
1 limón mediano
Hierbabuena
Ron añejo
Notas sobre los ingredientes
- En lugar del queso fresco puedes utilizar yogur griego o cualquier otro que tenga textura cremosa. También puedes emplear helado de limón, si te apetece algo más fresco.
- Puedes sustituir el limón por lima o mezclar ambos, si te apetece.
- Si también van a tomarlo niños o personas que no puedan o quieran tomar alcohol, elimina el ron de la receta o haz dos batidas, una con alcohol y otra sin.
- Puedes utilizar ron blanco si no te tienes añejo a mano, pero el saborcito del ron añejo es ideal para esta receta.
- Si lo dejas en el congelador y vuelves a batirlo una vez que esté bien helado, tendrás un estupendo granizado para las noches estivales.
Materiales
- Batidora
- Vaso de batidora
- Rallador
Preparación
Lava bien las hojas de hierbabuena, sécalas y reserva.
Ralla el limón, pero hazlo sólo con la parte amarilla (sin llegar a la zona blanca), que es la que conserva todos los aromas y aceites esenciales del limón, pero no amarga.
En un vaso de batidora por todos los ingredientes: el queso fresco, el Philadelphia, la ralladura de limón, el azúcar, las hojas de hierbabuena y añádele un chorrito de ron.
Bate bien todos los ingredientes hasta que aparezcan burbujitas y déjalo reposar en la nevera un par de horas.
Sírvelo en boles individuales o en copas altas para helado y adórnalo con unas hojitas de hierbabuena o unos barquillos. Si lo sirves en copa de helado, no te olvides de acompañarlo de unas pajitas de las de refresco.