Mozart, la muerte y la creatividad

<< Sin embargo me he acostumbrado a prepararme para lo peor en cualquier circunstancia. Como la muerte, si la miramos de frente es el fin adecuado para nuestra existencia. La he convertido estos últimos años, en una familiar compañía. Es la amiga de los humanos y su rostro no solo no me da miedo, sino que incluoso me apacigua y me consuela. Agradezco a Dios que, en su gracia, me haya concedido la ocasión (ya me comprendéis) de reconocer en ella la llave que abre nuestra más auténtica felicidad.

Nunca me acuesto sin decirme que mañana, por joven que sea, tal vez no vuelva a ver el día y sin embargo nadie que me conozca podría decir que estoy depreimido ni triste en compañía.

Por tal felicidad doy gracias cada día a mi creador: nos lo deseo a todos nosotros, hombres>>

W.A. Mozart.