Mubarak y su fortuna

Ayer los ministros de asuntos exteriores europeos se reunían en Bruselas, a sugerencia de Margaret Ashton, para analizar las revueltas del mundo árabe. Cuando empezaron las revueltas, la actitud de la Unión Europea, y la de España específicamente, fue de prudencia, de mucha prudencia, de excesiva prudencia. Eso por decirlo con suavidad y sin alevosía. Si fuera más directa, diría que fue una actitud hipócrita y cobarde. Sí, eso diría.
Ahora las voces diplomáticas reclaman sistemas democráticos para la zona y están preocupados por la violencia desatada en algunos países como Libia, Yemen, Bahrein, donde ya los muertos se cuentan por docenas. 
Me pregunto si reflexionarán sobre la responsabilidad política que la Unión Eurpoea en su conjunto tiene en estos hechos o si, como suelen, esconderán la cabeza debajo del ala y se perderán en frases vacías y huecas. Me cansan, me aburren y me producen auténtica ira.
Hoy leía sobre la gran fortuna de Mubarak, valorada en 70.000 millones de dólares. Al parecer, la tercera parte de la economía de Egipto.
Según Avaaz, millones de egipcios sobreviven con menos de 2 dólares al día. Mubarak y su entorno a través de una red impresionante de negocios, de privatizaciones, de inversiones garantizadas por el Estado, se han hecho acreedores como una de las familias más ricas y por tanto, más corruptas, del Planeta Tierra. 
Esa familia Mubarak que ha sido durante décadas tan bien atendida, defendida y recibida por los países occidentales. Esta es la verdad y la realidad contra la que hay que luchar y movilizarse. 
La "Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción", exige de manera explícita la devolución a los países de origen de los bienes y del capital obtenidos de manera corrupta. Tendrán que actuar con rápidez porque sino a través de artimañas financieras los Mubarak conseguiran ocultar los millones amasados a las autoridades.  
Las voces ciudadanas pueden ayudar al pueblo egipcio a que la promesa de su revolución se haga realidad. Si puede, únase a este llamamiento para lograr que el dinero y los bienes de Egipto vuelvan a los egipcios.