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Muerte de la luz: George R.R. Martin - EL ORIGEN DE JUEGO DE TRONOS

Publicado el 17 abril 2013 por Kushif

General Escrito por: Kushif

Muerte de la luz

<< La ciudad de Larteyn. Lar significa ‘cielo’ en kavalar antiguo. Esta es la ciudad de Alto Kavalaan. Algunos la llaman Fortaleza de Fuego. >> Así ilustró el padre de Canción de Hielo y Fuego, George R.R.Martin, una de las ciudades de su primera novela. Si bien no tiene el ritmo trepidante de las novelas que lo lanzaron al Olimpo de los narradores, es indispensable echarle un vistazo para encontrarnos con los orígenes de la khaleesi Targaryen y demás protagonistas.

 

 

Es indudable que cuando se comienza una novela de este norteamericano, la primera sorpresa viene del regusto que se paladea a gran novela épica europea con reminiscencias (como diría un catador de vinos) a la narrativa oriental. Así podemos encontrar rastros de la británica Ivanhoe, de la vikinga Saga Volsunga o de la mismísima Mil y una noches, entre otras que queramos ver reflejadas, pues esa es su principal virtud: aunar en un solo relato la magia de las narraciones de reyes y caballeros, princesas y herreros, pícaros y miserables sin que nada chirríe, pese a mezclar sin pudor desiertos con ciudades arrasadas por el sol, con islas con fortalezas pútridas, con castillos al más puro estilo normando o palacios italianos.

canción de fuego y hielo nació aquí

La otra gran sorpresa de sus novelas es el nombre con que señala poblaciones, espacios, lenguajes y personajes:jinete de sangre, Rocadragón, valar morghulis, Fuerteterror, Targaryen, Aguasdulces, Guardiaoriente, cambiapieles, Baratheon, lobo uargo, khalasar… además de religiones unas veces esbozadas y otras intensamente descritas con sus rituales y oficiantes. Si alguna vez has intentado dar rienda suelta a tu imaginación y crear todo un espacio desde cero, comprobarás que es una tarea sólo digna de unos pocos. Parir coherentemente todo ese mundo sin que chirríe a cada párrafo, es dolorosamente complicado.

Sin embargo, en George R.R.Martin, todo esto parece surgir de su cabeza como Atenea de la cabeza de Zeus, con armadura y todo.

Como no podría ser de otra forma, toda novela con algún toque de fantasía debe ir refrendada por la comparación con la gran novela del s. XX creada por Tolkien, como ya ha ocurrido en este caso: dragones, guerreros y magos no pueden darse la mano sin que alguien busque a los hobbits. Sin embargo, si Martin no pierde el norte (algo que le está pasando, a mi parecer), sin duda puede tener en sus manos, la gran saga fantástica del s. XXI, como El Señor de los Anillos lo fue en el XX.  

Pero volvamos a Muerte de la luz.

Personalmente me resultó aburrida. Intrigante sí, pero aburrida. Un futuro inmensamente lejano y unos personajes complicados. Pero lo que me fascinó de la novela fue la sensación de que no me hablaba de mi futuro, sino del futuro que espera a los personajes de sus siguientes novelas. La forma de tratar las razas o los delicados temas como la esclavitud y el amor son exactamente expuestos de la misma forma en su primera y en su última novela, pese a que una habla de un futuro y la otra de un pasado de un mundo que no es, desde luego, el nuestro.

Parece que Martin lleva en sus genes esta forma de sentir y es capaz de transmitirnos un mundo nuevo sin inmutarse.

Hay quien dice de esta novela que es una gran novela de amor… pocas habrán leído, creo. Es una novela coherente, intensa e interesante, pero (para rizar el rizo) es como El Hobbit, un simple ensayo de lo que después será una obra maestra. Obligatoria lectura para sus seguidores, pero en absoluto una gran novela.


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