Revista Psicología

Muerto en vida

Por Rms @roxymusic8

Suena fuerte. Vivirlo (qué paradoja), más. Y lo más preocupante es que hay gente muerta en vida, que es algo que ocurre, es real, que quizás alguna persona de nuestro entorno se encuentre en ese estado, o incluso nosotros mismos sin ir más lejos.

Hay un brillo diferente en los ojos por no decir que no existe; el tono de la voz cambia tornándose grave o desganado; las inquietudes, ilusiones y planes disminuyen o desaparecen; la crítica o amargura ante todo y todos sale a luz, y por último, aun sabiendo que se está en un estado denigrante, no hay voluntad para salir de él. ¿Qué puede haberle pasado a una persona para estar muerta en vida? ¿Qué o quiénes han influído? Y... ¿por qué?

Muere en vida quien deja apagarse la admiración por cuanto le rodea y conoce. Muere en vida quien se pone en el centro de todo lo que le ocurre olvidándose de que aquéllo tiene un sentido que ha de descubrir. Muere en vida quien sucumbe ante las pasiones desordenadas que no le dejan vivir en plenitud. Muere en vida quien no busca, no quiere conocer y no sale de sí mismo hacia un encuentro. Muere en vida quien se olvida del de al lado, de sus necesidades vitales y de la importancia de caminar acompañado. Muere en vida quien no es agradecido con la vida y su gente y más con Quien le ha creado. Muere en vida quien se deja perder lentamente, sin importarle absolutamente nada ni nadie. Muere en vida quien se cree invencible, capaz de todo independientemente de sus circunstancias. Muere en vida quien no alza la voz, levanta la mano y pide ayuda. Muere en vida quien quiere.

Esto último quizás a muchos les choque e incluso piensen que no es así siempre. Muere quien no lucha. ¿Y quién no lucha? Quien no tiene un motivo. Que una persona no tenga el ánimo o la fuerza necesaria para salir al ruedo y torear no significa que sea imposible vivir en vida. Tarde o temprano aprenderá a lidiar con la vida. Tanto para vivir como morir depende de uno mismo. El primer paso, la elección, sale de la persona. Es un acto de la voluntad y hasta que la inteligencia no se lo haga ver claro, es un camino largo y turbulento. Hay tanto que dominar y equilibrar en nuestros pensamientos, en nuestros deseos, en esos anhelos y sentimientos presentes en nuestra vida y que nos provocan a diario perder o encontrar el norte. Hay que conocer las cosas por lo que son, tener claros los pilares de la vida y conocerse. Tanto a uno mismo como al que tengas en frente. Por muchas manos amigas que se acerquen a uno, si éste no quiere nada se puede hacer.

Mirar a esta gente muerta en vida por requerimiento personal entristece. Perder la vida de esa manera no ayuda a nadie ni a ellos ni a quienes les conocen. Tiran para abajo y muchas veces llenan de impotencia por no poder mover ficha si esa persona no quiere. ¿Veis la necesidad de vivir en plenitud, luchar por ser personas de una pieza, de acoger el Amor y darlo a conocer? No hay mejor ayuda que los demás puedan ver en nosotros que se puede vivir eso. Si lo ven tangible, creen. Si nosotros nos exigimos y salimos vencedores entonces, ellos, quizás despierten y se animen a recorrer el camino con nosotros. Así que cada vez que nos venga una tentación, el deseo de tirar la toalla, acordémonos de toda esa gente muerta en vida y seamos esa luz que buscan sin saber siquiera que la buscan, pero que una vez la ven les devuelve la vista. La mirada de caridad en estas personas es igual de necesaria aunque pensemos que se han buscado esa situación. Todos hemos sido débiles alguna vez y recordamos esa mano amiga que no se cansó de nosotros.

Hay gente muerta en vida porque le han roto por dentro. No fue su culpa pasar por lo que vivió y lo ha ido arrastrando sin saber por dónde tirar con semejante historial. Pero esta gente muerta en vida por terceros está exenta de excusa y necesitan que se les mire con caridad, igual o más que a la otra gente. No han podido crecer. No han podido conocer. No han podido vivir. Y necesitan aprender a crecer, a conocer y a vivir.

¿Tú estás vivo y dispuesto a ser esa mano amiga, esa Luz que despierta hasta al más ciego?

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