Mugre(s)

Clic en la imagen para agrandar el fotomontaje de la Zoociedad de los HDP.

Días después de los festejos por los 200 años de la declaración de nuestra independencia, circuló en Facebook el primer fotomontaje que ilustra este post, y que parece obra de la Zoociedad de los HDP. La foto superior, con el epígrafe ‘2016’, fue extraída del muro de un usuario argentino cuyas publicaciones giran en torno a tres ejes: difusión de actividades de un grupo de veteranos de la Guerra de Malvinas; denuncias de “corrupción K”; avisos de perros buscados o abandonados.

Cuesta encontrar la fuente original de la foto con fecha de 2014. Habrá que aceptar la validez del año que remite a tiempos de gobierno -y por lo tanto de actos- kirchneristas.

Por si el mensaje de este fotomontaje resultara poco claro, algunos de sus propaladores lo subrayaron con consignas contra la “basura K”. Curiosamente, ninguno celebró el invento de un método tan rápido para detectar compatriotas mugrientos.

Antes de seguir, por si algún extranjero leyera este post, corresponde aclarar que es histórico el problema de los argentinos con la limpieza de los espacios públicos. Tanto, que un legendario grupo de rock nacional cantaba ¡hace 36 años! los célebres versos “Quiero estar en la playa cuando se han ido / los que tapan toda la arena con celofán“.

La foto ‘2016’ fue tomada al término del desfile militar que cerró los festejos oficiales porteños por el bicentenario de nuestra independencia. Según informó nuestra prensa, el despliegue de uniformados en la Ciudad de Buenos Aires se circunscribió a la porción más señorial -siempre impecable- del barrio de Palermo: concretamente se extendió por la avenida del Libertador entre las calles Salguero y Dorrego, y finalizó en el Campo Argentino de Polo.

Clarín señaló una “multitud” de espectadores en el título y “miles de familias con chicos” en el primer párrafo de esta crónica. Las imágenes que ilustran el artículo periodístico impiden confirmar la envergadura del público presente.

Además de bandas militares, desfilaron veteranos de Malvinas (no todos; aquéllos nucleados en la ACOMADEH se abstuvieron por estas razones). Entre los ex combatientes presentes se encontraba Aldo Rico, militar ahora retirado que treinta años atrás lideró a los carapintadas que se levantaron contra el gobierno democrático de Raul Alfonsín.

Aldo Rico a la izquierda y los integrantes del Operativo Independencia a la derecha de este fotomontaje de Espectadores.

Algo similar sucedió durante los festejos independentistas que los gobiernos provincial y nacional organizaron en Tucumán. Con los veteranos de Malvinas marcharon integrantes del Operativo Independencia, punta de lanza regional del plan represivo que los gobiernos de facto de 1976 a 1983 implementaron en todo el territorio argentino.

Después de que las apariciones de Rico y los ex agentes del OI tomaran estado público y provocaran repudio en una buena porción de compatriotas, el ministro de Defensa Julio Martínez aseguró que “nadie del Gobierno” había invitado ni a uno ni a otros. El funcionario nacional enseguida agregó que “es bueno” para los argentinos “que vuelvan a desfilar los militares después de 16 años” porque “es un sector de la sociedad al que tenían escondido y castigado“.

Algunos ciudadanos asociamos el regreso de estos desfiles con las medidas que el equipo de Mauricio Macri toma para devolverles a nuestras Fuerzas Armadas el rol que Estados Unidos les exige a los países subalternos, antes en nombre de la lucha contra el comunismo, ahora en nombre de la lucha contra el terrorismo (árabe) y el narcotráfico.

A fines de mayo, nuestro Presidente derogó por decreto una disposición que el mencionado Alfonsín resolvió en 1985 -y que sus sucesores mantuvieron hasta ahora- para dejar en manos políticas los nombramientos, ascensos, traslados, premios entre otras decisiones administrativas de la órbita castrense. Antes de ayer, al Ministerio de Seguridad se le escapó un tweet que anunciaba la participación de las FF.AA en una mesa de trabajo sobre seguridad interior; el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) aprovechó la ocasión para recordar a través de este comunicado la serie de leyes fundamentales que prohíben la injerencia militar en cuestiones de seguridad interior.