A esta chica su nombre le viene al pelo, su madre crió ella sola, a Esperanza y a su hermano en un gueto de Porland donde la prostitución era la norma y va esta chica y le sale músico de primera categoría.
Imagen desde Fanart
Lo de Esperanza Spalding es algo increíble y hay poco que explicar, basta con escucharla y verla actuar. Es una excelente contrabajista, bajista, compositora y cantante; y estos dos instrumentos -la voz y el contrabajo o el bajo- son muy difíciles de utilizar a la vez: la voz es melódica y el contrabajo es rítmico (como un bombo con notas), así que a veces voz y bajo van como si dijéramos por caminos diferentes.
Para hacer esto dedicándose además al jazz hay que tener una inteligencia fuera de lo común y este es el caso de Spalding. Pero lo de esta mujer va más allá porque no se dedica sólo al jazz, tiene discos en los que uno no sabe exactamente qué es lo que está pasando, sus temas son un alarde de virtuosismo musical en todos los sentidos. Mezcla el jazz, el funk, el rock y el soul con un resultado único que abarca desde Fran Zappa hasta Joni Mitchell pasando por todo lo que hay en medio.
Imagen desde La casa de Viena
Esperanza ha grabado diez discos: cinco en solitario, dos con el grupo Noise of Pretend, otro con Nando Michelin Trio, otro con M. Ward y uno más, este con el gran Stanley Clark.
Casi se me olvida Esperanza tiene un Grammy como artista revelación de jazz -ha sido la primera mujer en conseguirlo-, ha tocado hasta para los Obama y tiene además esta pinta ¿Se puede pedir más? Y sólo tiene treinta y siete años, todavía no ha hecho más que empezar.