«Mujeres y criados», la obra inédita de Lope de Vega, en el Español

Hay algo especialmente emocionante al asistir al estreno de una obra inédita de Lope de Vega en el Teatro Español. Bajo su escenario están los rescoldos de aquel viejo Corral del Príncipe, que hace más de cuatrocientos años albergó, a buen seguro, algún estreno del «fénix de los ingenios». «Mujeres y criados» es una comedia escrita entre 1613 y 1614, que Lope de Vega certificó como propia en un listado que incorporó a la edición de 1618 de «El peregrino en su patria». Los expertos la creían perdida pero Alejandro García Reidy, profesor español de la Universidad de Syracuse, y miembro del equipo Prolope de la Universidad Autónoma de Barcelona, identificó con un manuscrito que se hallaba en la Biblioteca Nacional.
Creo que es interesante leer lo que García Reidy escribió: «Varios elementos internos del texto y la relación que guarda el manuscrito con noticias proporcionadas por documentación de la época confirmarían que se trata de la obra del “Fénix de los Ingenios”: el análisis métrico se ajusta perfectamente a los usos del dramaturgo en torno a los años 1613 y 1614 y el copista que transcribió este manuscrito en 1631 se ha identificado sin duda alguna con Pedro de Valdés, que era un “autor de comedias”, lo que hoy sería un director de compañía de teatro, quien sabemos que estrenó la obras de Lope gracias a documentos de la época».

La Fundación Siglo de Oro (antigua compañía Rakatá) ha sido la encargada de poner en pie el primer montaje de la obra recuperada. Laurence Boswell, director británico que colaboró en el pasado con la compañía, firma junto a Rodrigo Arribas la codirección del espectáculo (cuando se dirigieron a Boswell tenía ya las fechas comprometidas, y no ha podido dedicarse a él todo lo que hubiera querido). 

«Mujeres y criados» es una deliciosa e ingeniosa comedia urbana de enredo, en la que un modernísimo Lope establece desafíos a las convenciones sociales, líos amorosos y, sobre todo -uno de los sellos de la casa- presenta unos personajes femeninos dominantes y robustos, que son los que manejan los hilos de la trama. Las dos hermanas protagonistas se erigen en sus urdidoras con autoridad y la dirigen y manejan con iguales dosis de ingenio, inteligencia y sutileza. Es, además, una comedia chispeante, chispeante, con tipos muy bien delineados y muchos versos brillantes.

El impecable espectáculo, de escenografía aparentemente simple, es en este sentido eficaz y hábil, pero creo que no alcanza la temperatura que demanda el texto, que posee un brío que no encontré en la puesta en escena. Todo es correcto, pero falta una quinta velocidad, una mayor atención al detalle que subrayara los hallazgos del texto. Dentro del adecuado reparto -y como sucede en la comedia- son las dos mujeres, Lucía Quintana y Ana Villa quienes imponen su jeraquía.

La foto es del magnífico Javier Naval