#MujeresconHistoria Greta Garbo y el glamour del misterio

Greta Garbo, una de las actrices mejor pagadas de la era dorada de Hollywood, fue un referente de mujer que hizo las cosas a su manera; bajo un carácter solitario que le otorgaba un tono misterioso. Desde exigir rodar a solas con el cámara y el iluminador, sin la supervisión del director a elegir con quién protagonizar sus películas (como imponer a John Gilbert para La reina Cristina de Suecia, 1933). Incluso, hay muchos biógrafos que afirman que fue una pionera dentro de la bisexualidad.

La actriz Greta Garbo sigue siendo todo un referente de estilo sofisticado; con aires de libertad como corresponde a una mujer que impuso sus propias normas y con una combinación única de ese estilo masculino que se colaba en Hollywood, pero muy centrada en sus signos de feminidad.

Un misterio para la prensa, pero adorada por la gran pantalla. Valoraba por encima de todo su privacidad; incluso por encima de su carrera.

¿Quién fue Greta Garbo?

La historia de Greta Garbo (Estocolmo 1905-Nueva York 1990) tiene su origen en Estocolmo, de la mano de una familia humilde. Su padre falleció a sus 14 años y ella tuvo que dejar los estudios para empezar a trabajar en una cadena donde pronto se convertiría en el rostro de su cartelería. Así, inició su carrera artística como modelo publicitaria, pero pronto daría el salto al arte cinematográfico.

Pronto llegaría su oportunidad en Hollywood con “La leyenda de Gosta Berling” (1924). Desde ahí su carrera profesional como actriz fue imparable y el cine sonoro terminó por coronarla como una de las primeras grandes estrellas del cine de Hollywood; con varias nominaciones a los Óscars.

Tras el fracaso de una de sus películas, La mujer de las dos caras, decidió apartarse del mundo tras 16 años de carrera en los que vivió el paso del cine mudo al sonoro y convirtiéndose en toda una diva del cine clásico de Hollywood. No en vano, su frase más conocida fue: “I want to be alone” (quiero estar sola).

En realidad, todo coincidió con la guerra. Greta Garbo no era muy amiga de los grandes eventos o apariciones públicas, no realizaba muchas entrevistas e, incluso, se negó a ir a recoger un Óscar honorífico. Sin embargo, con la guerra se convirtió en una persona más ermitaña dentro de su ciudad y dedicó vivir cómoda y disimuladamente hasta el final de sus días.

Tras su retiro, el estilo de Greta Garbo, conocida por muchos como la esfinge sueca, se ocultó bastante y solo salía a la calle, con grandes gafas, paraguas, pañuelos o similares que cubrieran su rostro frente a los fotógrafos. Como parte de este pequeño homenaje, obviaremos los detalles de su vida porque estoy segura de que así lo habría querido y ya se ha escrito e investigado suficiente en la red.

¿Cómo era el estilo de Greta Garbo?

Greta Garbo siempre estuvo rodeada de un aura de misterio y melancolía. En ella era habitual un estilo sencillo, con trajes de corte masculino de dos piezas y falda, camisas a medida, gabardinas, gafas de sol o los zapatos planos. Los sombreros eran otra de sus pasiones de estilo, como boinas, casquetes y turbantes que aportaban cierto toque discreto. Gracias a su media melena, tenía cierto toque romántico, chic y afrancesado.

Si bien no solía utilizar grandes joyas, en la gran pantalla sí hemos visto cómo los estilistas elegían largos collares de perlas para los looks más sofisticados de sus películas. Sobre el estilo de Greta Garbo sabe mucho Michael Reimer, que cuenta con una amplia colección privada y no hace demasiado sacó a subasta unas 30 piezas de la actriz; por si quieres cotillear un poco las últimas prendas que se han conocido sobre ella.

Sea como fuere, en 1932, la prestigiosa revista Vanity Fair publicó el reportaje fotográfico “Entonces llegó Garbo”, donde mostraba fotografías de personajes como Joan Crawford, Katharine Hepburn o Marlene Dietrich y cómo había evolucionado su estilo; dejándose arrastrar hacia el estilo misterioso de Greta Garbo.

Así, el estilo masculino o Tomboy del cine de Hollywood clásico entre las grandes divas, tuvo uno de sus máximos representantes en Greta Garbo. Un estilo que llega hasta nuestros días y que sigue aportando ese haz de misterio, elegancia, sencillez y fuerza a cualquier estilo; con un alto grado de feminidad romántica.

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