Revista Solidaridad

Multas para aprender en Camargo

Por Aparcamientodiscapacitados
Avenida Bilbao. Maliaño. Once y veinte de la mañana. Hay un coche de color blanco estacionado en zona de minusválidos. Raúl saca la libreta y toma notas. «¿Tiene la tarjeta de minusválido?», le pregunta el cabo Miguel Quindós. El chaval mueve la cabeza de izquierda a derecha y... «multa al canto». «¡200 euros!» dice exaltado Fonso. Los dos forman parte de una veintena de alumnos del Colegio de Educación Especial 'Parayas' a los que la Policía Local de Camargo instruye en educación vial dentro de un plan pionero que los agentes están llevando a cabo en todos los centros escolares del municipio.Sintiéndose parte de la autoridad, algunos no pueden evitar emocionarse al ver vehículos aparcados en línea amarilla, en carga y descarga o invadiendo un paso de peatones. Todos son carne de sanción, porque, si de ellos dependiera, no quedaba títere con cabeza. «Bueno, bueno... que no hace falta multarlos a todos», les sugiere un agente.La escena del vehículo blanco aparcado en zona de minusválidos (área azul) logra captar la atención de los viandantes. Unos miran para cerciorarse de que no es el suyo y continúan su camino tranquilos. Otros se detienen a ver en qué queda la historia arremolinándose en torno a un vehículo mal aparcado cuyo propietario aparece de repente con cierta cara de preocupación. No le parece muy normal tanto trajín alrededor de su coche.«Era un segundo. Sólo vine a comprar tabaco al estanco», se justifica. Raúl, mientras, termina de anotar en un bloc la matrícula del coche. Y el cabo Quindós, al mando, ignora inicialmente al infractor y se dirige directamente a los alumnos. «¿Por qué le hemos multado?», pregunta el oficial. Ellos no lo dudan. «Por dejar el coche en zona de minusválidos».Tras cerciorarse de que los muchachos lo tienen claro, el agente se dirige al conductor y le recuerda: «Ya sabe usted que en estos sitios no perdonamos». Luego, le aclara: «Es una simulación, no se preocupe». Aliviado, el conductor ha recibido una multa simbólica con la que ha aprendido algo. «No se estaciona en zona reservada a minusválidos si no se posee la correspondiente tarjeta acreditativa».EspecialesEl grupo al que instruyen los policías locales está integrado por jóvenes con necesidades educativas especiales. Algunos sufren Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), otros síndrome de Down o, incluso, parálisis cerebral. En muchos casos se trata de alumnos que han estado integrados en los centros de la educación pública pero que, llegado el bachillerato, se han topado con la dureza de un sistema que no entiende de sus necesidades especiales.Y el caso es que algunos de ellos podrían llegar incluso a obtener el permiso de conducir. De ahí que la iniciativa de educación vial que el Ayuntamiento de Camargo ha extendido a todos los centros del municipio incluya charlas sobre la prevención de la conducción bajo los efectos del alcohol dirigidas específicamente a los estudiantes de garantía social de este tipo de educaciones especiales.Seas cuales fueren sus dificultades, sus características, los muchachos demostraron esta semana que, en un par de horas de aprendizaje, están perfectamente capacitados para dar una lección a más de uno. Al menos, al conductor del vehículo blanco, que les dio su palabra de que no volvería a dejar su vehículo en zona azul.http://www.eldiariomontanes.es/v/20130602/region/centro-bahia/multas-para-aprender-20130602.html
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