Revista Cine

Música gitana de los Balcanes (y alrededores)

Por Ninyovampiro @ninyovampiro

Música gitana de los Balcanes (y alrededores)
Como muchísimos aficionados a la música gitana centroeuropea, debo en parte mi pasión por ella a las películas de Emir Kusturica y sus deslumbrantes bandas sonoras, casi siempre a cargo de Goran Bregovic. Recuerdo la impresión que me causó la excesiva, abrumadora, apabullante y felliniana Underground, no sólo por su tema central (la guerra de los Balcanes), el modo en que lo trataba, y sus inolvidables imágenes, sino también y sobre todo por esa música que jamás antes había oído. Vitalista, rítmica, llena a la vez de joie de vivre y melancolía, interpretada por lo que parecen virtuosos músicos callejeros (virtuosos lo son siempre, callejeros con frecuencia). Como muestra un botón: la maravillosa escena inicial de la película con el tema ya clásico de "Kalashnikov".

Naturalmente, hay vídeos en los que se puede escuchar mejor la canción, pero me parece que imagen y música combinan a la perfección en esta escena. De todas formas, aquí tenéis la versión completa:

Probablemente tengan razón los que dicen que Bregovic ofrece una versión de la música gitana un tanto descafeinada y muy al gusto occidental. Si queréis escuchar el estilo de música en el que se inspiró Bregovic, es decir grandes orquestas de viento con ritmo festivo y algo machacón, combinado con melodías llenas de añoranza, de aire a veces oriental, a veces de pasodoble, escuchad cualquier tema de Kocani Orkestar o de Fanfare Ciocarlia. No obstante, y aunque es cierto que desde que le di a la música balcánica hardcore escucho mucho menos a Bregovic, estaré eternamente agradecido a éste por haberme descubierto esta música.
Y siguiendo con la música gitana hardcore de verdad, a ver qué os parece la que escuché al año siguiente de Underground, en la añorada Festa de la Diversitat que se celebraba en Barcelona (y que el ayuntamiento se cargó tres o cuatro años más tarde para intentar dar un poco de estímulo y quitar competencia a la ruinosa horterada del Fórum  Universal de las Culturas). En ella tuve el privilegio de poder ver en directo a la banda rumana Taraf de Haidouks. En mi vida había visto una pandilla de abueletes con menos dientes y más carisma y energía que éstos. Aquí podéis ver una formación bastante más joven y menos numerosa de lo que yo vi (yo recuerdo haber visto a ocho o diez tipos como el violinista, el legendario Culai, que de hecho murió seis años después), pero de la misma altísima calidad musical.

Los estereotipos y la imagen festiva y dicharachera que ofrecen estas bandas no deben hacernos olvidar que se trata, en algunos casos, de músicos verdaderamente virtuosos. Y como no os quiero abrumar con vídeos, me limitaré a mencionar un par de nombres: Serguei Erdenko, del trío Loyko, que está considerado uno de los mejores violinistas del mundo, y Ion Albesteanu, que fue admirado por el mismísimo Yehudi Menuhin.
La música gitana es muy monárquica, y sería difícil contar el número de músicos que han sido coronados reyes y reinas. (Curiosamente, en el Reino de España nuestra mayor representante era una Faraona). Una de estas reinas es la legendaria macedonia Esma Redzepova (que por lo visto es también desde hace años candidata al Nobel de la Paz). El siguiente tema, "Chaje Sukarije", es uno de sus más conocidos. Sacha Baron Cohen lo utilizó para su hilarante película Borat, según Redzepova, sin su consentimiento, por lo que le interpuso una demanda por un millón de dólares. El caso se resolvió con una compensación de 26.000 dólares, dado que, por lo visto, los productores sí habían dado su consentimiento, pero se habían olvidado de informar a la cantante. That's Kazakhstan for you. Lo que me fascina de este tema es el modo en que parece condensar en tres minutos el periplo milenario del pueblo gitano: empieza la canción y tienes la sensación de estar oyendo un tema de Bollywood que bien pronto, sin embargo, deriva a una melodía con mucho de rumba catalana. Y seguro que los musicólogos podrán apreciar el resto de ritmos e influencias que hay entre los dos extremos.Circulan por youtube múltiples versiones de este tema, a cual más surrealista. Si al final me he inclinado por éste es porque no me he podido resistirme al hechizo de esos gansos. En cualquier caso, si vencéis las comprensibles reticencias ante un vídeo con una estética propia de la televisión búlgara de los años 70, disfrutaréis de una canción muy hermosa y evocadora.
La formación Ando Drom, de Hungría, nació a raíz de un proyecto iniciado por Jeno Zsigó, fundador del grupo. Zsigó se embarcó en un proyecto social para ayudar a niños gitanos a través de la música, al ver que la cultura gitana en Budapest se estaba desintegrando, con las consecuencias sociales y culturales que eso comportaba. El grupo no tiene el carácter festivo de bandas como Taraf de Kaidouks o Kocani Orkestar, y se dedica más bien, según las palabras del propio fundador, a conservar la tradición musical gitana mediante una interpretación notablemente más urbana y contemporánea. Y crean canciones como ésta:

Una de las más conocidas piezas musicales de la cultura gitana de los Balcanes es "Ederlezi". Existen más de 2000 versiones en youtube, y parece que es una especie de tortilla de patatas musical: todo el mundo afirma saber cuál es la interpretación más auténtica, genuina y fiel al espíritu de la canción. He escuchado unas cuantas. La del grupo Dikanda, de Polonia (no me consta que sean gitanos) me gusta mucho, pero ninguna me maravilla tanto como la versión del grupo francés Bratsch, uno de los grupos más interesantes (qué poco me gusta esta palabra para referirse a una música que es vida y pasión) de música centroeuropea. Quizá os daréis cuenta de que la cantante es la misma que la del tema anterior, Mónika Juhász Miczura, "Mitsou", una voz que, sobre todo en esta bellísima canción, parece de otro planeta. Llegar al cielo debe de ser muy parecido a escuchar esta canción por primera vez.

Una de las formaciones más originales y creativas es, a mi parecer, la Sandy Lopicic Orkestar, liderada por el pianista bosnio que da nombre a la orquesta. Lopicic utilizó la introducción de "Ederlezi", la combinó con "Ljuba", canción tradicional rusa, le dio una interpretación jazzística y creó una pequeña joya que por momentos nos recuerda a Pink Floyd y su "The Great Gig in the Sky". Espero que os guste.


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