Revista América Latina

Ding dooong

Por Mexinol
Yo se que estáis hasta los mismísimos de que repita lo que os voy a repetir, pero es que necesito hacerlo para poneros en contexto, y que sepáis el porque de algunas diferencias, para que no penséis que son gilipolleces sino que tienen su lógica y razón de ser. Lo que os voy a repetir es que, como bien sabéis, en la mayoría de las ciudades mexicanas la gente vivimos en casas en lugar de pisos (eso era lo repetido, ahora va lo nuevo), esto nos lleva a que a la hora de que nos llega una visita, no puede tocar el timbre del portero automático en el portal, simplemente porque no hay portal, y en consecuencia tampoco hay portero automático.
Entonces, cuando llegas a casa del compadre, ¿Cómo debes actuar para decir que ya llegaste y que quieres que te abran la puerta?. Hay diferentes opciones, todo dependiendo del grado de confianza que tengas con los habitantes de la casa.
Hay casos en los que la gente llega y pasa como si se tratara de su propia casa, o como se suele decir "como burro sin mecate (cuerda)", claro que eso tiene que estar previamente acordado con los residentes de la vivienda y como digo, debe tenerse un grado de confianza, mas bien de familia directa, esto habitualmente lo hcen cuando entran a la casa del hermano, del hijo o de algún primo. Pero como se suele decir, nunca falta al que le tiendes la mano y te toma el brazo, así que de repente alguna persona se autoasigna una confianza, llega a tu casa y entran sin mas; se van directo al frigo, se sirven una cerveza y se sientan a ver la tele, y bien te va si no se cepilla a tu mujer... aunque para eso tienes al sancho.
Si la persona no tiene la confianza como para pasar como si viviera en la casa, lo mas habitual es que se ponga frente al barandal de tu casa, y ahí lo típico es pillar una moneda o una llave y golpear el barandal repetidamente con un característico y onomatopéyico"clin clin clin clin". Los que están adentro de casa pueden asomarse desde la ventana o la puerta a ver quien es, decirle que pase o que no le interesa comprar lo que sea que vengan vendiendo. También puedes revisar entre las cortinas por si es el abonero o por si vienen del banco a dar por saco para que pagues lo que debes.
Nunca falta el colega o pariente que previamente había acordado el llegar a buscarte a las 4 de la tarde para ir a tomar por saco, pero que llega con puntualidad mexicana dos horas después. Ya que llegó, y como sabe que lo estás esperando para ir a alguna parte, en lugar de aparcar e ir a buscarte, lo que hacen es ponerse como un desesperado a tocar el claxon en la puerta de casa; ahora, que si el acuerdo era llegar a buscarte a las 5 la mañana para ir a pescar o salir de viaje, a algunos les importa un bledo, e igualmente se ponen a tocar los cojones de los vecinos despertando a tol barrio a claxonazos, hasta que sales tú o algún vecino cagándose en su padre.
Hay algunas personas que llegan a poner timbre al exterior de la reja de casa para que los visitantes lo toquen, incluso en los comercios puedes conseguir unos timbres inalámbricos, donde el botoncico está en la calle con unas pilas, y la campanilla con sonidos navideños la enchufas en la pared como si de una lamaparita se tratara, y bien puedes ponerla en la cocina, en la habitación, o en el cuarto de baño para que lo oigas cuando andas en pleno concierto. Sin embargo, como nadie está acostumbrado a este aditamento, to quisqui sigue tocando el barandal onomatopéyicamente, y el timbre pas a ser un simple adorno.
Así que ya sabes, cuando llegues en México a casa de algún colega, mas vale que lleves una llave o una moneda para poder tocar el barandal, porque sino te tocará gritar el nombre del colega, pero eso suele quedar un poco extraño a las costumbres mexicanas.

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