Revista América Latina

Los pochos

Por Mexinol
Si oímos la palabra "pocho", a la mayoría de gachupines nos puede sonar como a pachucho, a otros como a planta que ya se está muriendo, y a algunos pocos mas opinarán que tiene algo que ver con la pocheta (el que entienda la palabra la entenderá), sin embargo os diré que nada tiene que ver con ninguna de las anteriores acepciones. Después de lo cual, mas de uno estará esperando a que os suelte una cátedra de etimología mexiñola a la que os tengo acostumbrados, pero en esta ocasión os voy a quedar mal; no me preguntéis de donde viene el vocablo porque no tengo NPI, pero tranquilos, que no os dejaré con la duda adentro,  a continuación descubriremos el significado de esta peculiar palabra.
Tal y como pasó con el mexiñol, que se vino a México a buscarse las habichuelas, de todos es sabido que en México mucha gente se va a los Estados juntitos a buscarse los frijoles con la esperanza de ganar en dólares.
Cuando yo llegué a México no necesité aprender el idioma, pero sí necesité aprender modismos y etimología mexiñola para poder adaptarme a vivir con los mexicanos y entenderme con ellos a la perfección. Los mexicanos que van a los estados juntitos necesitan aprender el inglés, algunos lo hacen perfectamente, otros aprenden algunas palabras o frases para poderse defender, y los menos no aprenden ni a decir "yes cacahués", debido a que en ese país hay mucha gente que habla español, de hecho, la ciudad de Los Ángeles es la segunda con mayor cantidad de habitantes hispano-parlantes del mundo.
Los mexicanos (y latinoamericanos en general) que aprenden perfectamente el inglés porque se manejan exclusivamente en ese idioma para el currelo, en ocasiones se juntan con otros hispano-parlantes que también dominan el inglés o que cuando menos lo mastican aceptablemente. Cuando esto sucede, empiezan a mezclar palabras en inglés y en español, dando como origen al famoso spanglish, donde sin orden ni concierto usan palabras en los dos idiomas en una misma frase, no siendo obligatorio usar cierta palabra siempre en inglés o en español, sino como mas les convenga en dado momento. Hay veces que abusan tanto de este spanglish que al final terminan olvidando algunas palabras en español, o que en dado momento no saben si usarla en español o en inglés. Estas personas que al intentar hablar en español no saben usarlo correctamente reciben el nombre de "pochos" (yo por esa misma regla soy mexiñol, porque hay palabras que no se si usar como se acostumbran en España o en México).
Otra opción es que a veces la familia entera se va a gringolandia, padre, madre e hijos, siendo estos últimos en ocasiones pequeños. Al llegar a los estados hundidos, estos pequeños mexicanos se apuntan a una escuela gringa y aprenden el inglés perfectamente. Desafortunadamente, estas personas en ocasiones caen en el típico victimismo racial que ya comenté en cierta ocasión, es decir, que consideran que son menos que otras etnias, por lo que muchas veces (no siempre, que luego me saltará alguno a la yugular con que ando generalizando) estos mexicanos crecidos del otro lado de la frontera ocultan que saben hablar español y lo van relegando al ámbito casero nada mas. Al hacer esto van perdiendo buena parte de su conocimiento del español, y aunque lo entienden perfectamente, de repente se les va alguna palabra y no recuerdan como manejarla. Esta persona también será un "pocho".
La tercera alternativa para convertirse en "pocho" de pleno derecho (e izquierdo), es cuando un mexicano que se establece en gringolandia, de vez en cuando le de ganas de sacar punta al lápiz o, como se suele decir, sábado sabadete un buen polvete, dando como resultado que nueve meses después haya mas gente en este mundo. A veces ese incremento poblacional está provocado por gente del mismo sex... digooo gente del mismo pueblo, es decir, que ambos padres de la criatura naciente son mexicanos (o hispano-parlantes , pero muchas veces sucede que uno de los progenitores no sabe escribir nuestra querida y tantas veces mancillada Ñ ni con un teclado en español, así que la criatura a veces aprenderá algo del idioma, pero le pasa como al pequeñuelo del caso anterior, que aunque entienda prácticamente todo lo que le digas, casi no sabrá hablarlo.
En resumidas cuentas, un pocho puede ser cualquiera de estas opciones, un mexicano (o hispanohablante) que vive en gringolandia y olvida palabras en español, un hijo de mexicanos (puede ser que hable o no español) o un mexicano que nació en México pero que de niño fue a gringolandia y ha perdido buena parte de su habla en español.
En fin, que aunque en general el término pocho suele ser bastante peyorativo, ya que los que vivimos de este lado del río bravo no nos suele gustar que vengan los pochos presumiendo su perfecto inglés y que no sepan algunas palabras en cristiano; aunque tengo que reconocer que esto se debe muchas veces a encontrarle defectos a alguien que es mejor que yo o que ha conseguido cosas que yo no. Para terminar comentaré que esto es otra prueba clara de que entre México y Estados Unidos hay un tercer país hecho por personas y costumbres, no por políticos, barreras o banderas.

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