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Nada como una primicia

Publicado el 12 septiembre 2010 por Andrescaviglia
Nada como una primicia

Por Sebastian Wainraich, para Revista Un Caño
Pongamos que le dicen Tito y que es el conductor del programa de radio. Tito dice: “nos vamos al móvil en el entrenamiento de Lanús, ahí está el Pelado Suárez... Pelado, ¿qué novedades?” Y el Pelado, que se despertó a la madrugada, que vive en la otra punta del mundo, que se tomó dos colectivos y un tren para llegar al entrenamiento de Lanús, tiene que tener algo para contar. “Lanús hizo físico 45 minutos, después ejercicios con pelota parada y después un picado informal en el que el arquero jugó de delantero, el preparador físico atajó y el volante central hizo de árbitro”.
Tito, desde el estudio, no lo escuchó. No le importó. Miró el canal de noticias en la tele, chequeó en su celular algún mensaje de texto, clavó la mirada en el monitor en busca de mails y noticias que hablen de él. Cuando sintió el silencio, imaginó que el Pelado Suárez dejó de hablar, entonces dijo: “¿Algo más, Pelado?”. Y el Pelado descubrió que no tenía más nada para decir, que una vez más, como hacía tres años, se sentía inútil, y una angustia representada en un escalofrío le recorrió el cuerpo. Ocurrió el milagro. “Algo más”, se le ocurrió: “Tito, un alto dirigente de la institución me comentó que hay un importante representante que está interesado en traer al club a un delantero que juega en Europa”. Y el Pelado hizo silencio.
Tito supo que el acertijo con aire de chimento era un paso obligado para llegar al éxito. Le pidieron un dato más. Y el Pelado se sintió vedette. “Es un delantero que puede jugar por adentro y por afuera”. En el estudio, Tito y sus laderos cerraron los ojos como para imaginar mejor. “Puede jugar por adentro y por afuera”, repitieron a coro. Se escuchó la alarma de las 12 y fueron a las noticias. El Pelado, por primera vez en la historia del programa, se quedó en línea para seguir en el aire después de las noticias. En un auto, en una oficina, en un bar, en un colectivo hubo personas que pensaron cien veces de quién hablaba el Pelado Suárez. ¿Qué delantero podría llegar a Lanús? Un taxista frenó para pensar. Quería descubrirlo. Quería saber. Quería tener esa primicia. Quería decirles a sus compañeros taxistas quién era el delantero, que podía jugar por afuera y por adentro, que traería Lanús. El Pelado, nunca lo develó. Y esa noche, en su celular, recibió un llamado de un alto dirigente de Lanús: “¿Quién te dijo lo del delantero?”. “No te puedo revelar la fuente”, contestó.
Un rato más tarde, el alto dirigente llamó a un importante representante: “¿vos querés traer un delantero argentino que juega en Europa y que puede jugar por adentro y por afuera a Lanús?” “No, pero sí te interesa puedo averiguar”. Y al otro día, el delantero recibió el llamado salvador que lo sacó de ese equipo europeo que estaba dispuesto a regalarlo.
link http://www.revistauncaño.com.ar/note.php?id=393

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