Revista Opinión

Necesitamos alguien con los reaños suficientes para pronunciar unas nuevas "catilinarias"

Publicado el 20 octubre 2013 por Romanas
 “¿Quosque tandem abutere, Rajoy, patienta nostra?”. ¿Hasta cuándo, Rajoy, abusarás de nuestra paciencia?  O sea que Rubalcaba tiene escrito su discurso desde hace cientos de años. Y nada, no se atreve a pronunciarlo y no porque tema, como temía Cicerón, que lo mataran, como acabaron haciéndolo, sino por algo mucho más prosaico, tal vez hubiera debido escribir “canallesco”, porque teme que un discurso como aquél que ha pasado, quizá, como el mejor de todos los discursos políticos de la historia, disminuya sus posibilidades de victoria en las próximas elecciones.  Fíjense en el descenso a los infienos que ha supuesto tener políticos de aquella catadura moral, que arriesgaban su vida en la defensa de sus ideales, a estos que no se atreven siquiera a poner en riesgo su maltrecho porvenir político, porque yo soy de los que opinan que Rubalcaba, políticamente, es ya hombre muerto, que ni siquiera podrá ganar, por eso se resiste a convocarlas, la propias elecciones primarias de su partido.  Porque Rubalcaba, seguido de todos los suyos, tendría que haber hecho lo que está haciendo ese muchacho, Jorge, creo que se llama, que ha decidido hacer huelga de hambre hasta que Rajoy se vaya, lo que significa hasta la muerte, porque Rajoy, que no tiene vergüenza política ni de la otra, no se irá nunca por las buenas.  Pero Jorge parece que sólo hay uno y a todos los demás los encuentro todos los días por la calle, es por eso que el jodido Cicerón, en una momento de su celebérrimo discurso dijo aquello de “¿Ubinam gentium sumus? ¿In qua urbe vivimos?”. ¿Entre qué gente estamos? ¿En qué país vivimos?  ¿Qué les parece? Pues les juro por todos mis muertos que todo el resto de aquellos discursos, que dieron en llamarse “catilinarias” porque iban dirigidos contra el Rajoy de aquel entonces, que se llamba Catilina, puede trasladarse, íntegramente, a nuestras Cortes actuales.  Siempre he sustentado una deplorable opinión sobre la condición humana que yo creo que supera, en pesimismo, a la que tenían Hobbes, que decía que el hombre es un lobo para el hombre, y otros grandes pensadores históricos como nuestro Tomás de Aquino, que decía, el muy ingenuo, que el hombre es un ser desfalleciente cuando lo que realmente es, sin excepciones, perdón, Jorge, un perfecto canalla.  Porque Jorge, como un Mourinho cualquiera, nos ha mostrado el camino: si todos nosotros, lo que nos consideramos estafados, humillados y ofendidos por estos canallas que dicen que nos gobiernan nos echáramos en masa a la calle, nos sentáramos en las aceras y declaráramos una huelga de hambre hasta que ese reptil venenoso y babeante se fuera, el tipejo éste no tendría más remedio que irse porque España entera se vería invadida por la prensa foránea y sus cámaras de TV, que no se retirarían de aquí hasta que el problema se solucionara en un sentido u otro, que Rajoy se fuera o los ciudadanos, haciendo honor a su condición de tales, comenzaran a morirse por las calles, defendiendo sus derechos de esta manera ya que de otra no podrán nunca hacerlo por la complicidad de toda la clase política.  Pero este sueño no sucederá jamás, porque ya nos lo dijo claramente el maestro: “¿Ubinam gentium sumus? ¿In qua urbe vivimus?”.  Que yo me atrevo a traducir muy libremente: pero ¿qué clase de gentuza somos y qué mierda de país es éste en el que vivimos?

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