Revista Comunicación

«Neverwhere» de Neil Gaiman | Reseña literaria

Publicado el 12 diciembre 2018 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994

El artículo «Neverwhere» de Neil Gaiman | Reseña literaria es propiedad de Carmelo Beltrán.

Neil Gaiman se está convirtiendo en mi escritor de fantasía favorito. Poco a poco toma distancia al resto de candidatos y recientes descubrimientos como Brandon Sanderson. Hasta hace poco solo había disfrutado de American Gods de las novelas que han nacido de su pluma. En el artículo de hoy toca hablar sobre Neverwhere, una obra de la que solo había escuchado maravillas y me encuentro ahora de que lo realmente maravilloso son sus páginas. Además, estoy casi seguro de que para cuando este post se lance Stardust también estará leído.

Reseña de Neverwhere de Neil Gaiman

Título: Neverwhere
Autor: Neil Gaiman
Editorial: Roca Bolsillo
Género: Fantasía
ISBN: 978-8416240883
Año de publicación: 1996
Número de páginas: 400
Cómpralo: Formato físico | Formato digital

Sinopsis de Neverwhere

En el subsuelo de Londres, como debajo de cada gran ciudad, existe un mundo desconocido e invisible, plagado de extraños seres, en el que sobrevivir depende de abrir las puertas adecuadas… Hay mundos bajo tus pies, espías bajo las escaleras y formas que esperan al otro lado de los portales, que sólo has atisbado en tus sueños. Tras leer Neverwhere, nunca volverás a pasar por los sombríos lugares del mundo moderno con la misma confianza infantil.

Opinión de Neverwhere

Las pasadas navidades tuve la suerte de que me regalaran unas cuantas obras de Neil Gaiman. Tras haber quedado prendado de su narrativa y haber querido fundirme con su imaginación al disfrutar con American Gods, necesitaba seguir más allá con la obra literaria de un autor cuyas manos son capaces de crear magia con su movimiento. De él solo he escuchado palabras de adulación.

Junto con Stardust, Neverwhere poblaba las baldas de mi estantería. Compañeras, me decanté primero por la hoy protagonista porque sabía que estaba situada en Londres y ello me llamó mucho la atención. Escogerla ha sido uno de esos grandes aciertos de los últimos meses. Hay escritores que son capaces de redefinir el significado de los géneros literarios. Neil Gaiman es uno de ellos. Hablar de tan solo fantasía cuando nos encontramos ante sus textos se queda corto.

El origen de Neverwhere

Neverwhre fue publicada en el año 1996. Es una obra fundamental en la carrera de Neil Gaiman al constituir su primer trabajo en solitario en el terreno de las novelas. Previamente había publicado diversos cómics. Entre ellos se halla el vanagloriado Sandman, cuya fama habla por sí sola. En el terreno novelesco había visto la luz en un trabajo a cuatro manos con otro genio de la literatura fantástica: Buenos Presagios, junto a Terry Pratchett en 1990. Todavía no he tenido la posibilidad de descubrirla, pero me están quemando las ganas de hacerlo. Dos de los autores que más admiro juntos solo puede tener un gran resultado.

El impacto de Neverwhere en el mundo de la literatura fue importante. La BBC adaptó su historia al formato televisivo en una miniserie de seis episodios. Además, y como tantas otras obras de Neil Gaiman, también fue llevada al mundo del cómic. Él es consciente del lanzo tan grande que tiene con este formato y nunca pierde la oportunidad de deleitar a sus lectores de forma transmedia.

Independientemente de la vía, Neverwhere se trata de una de esas historias que lleva la palabra fantasía impresa en su portada. Es un regalo para los lectores.

La trama de Neverwhere

Uno de los principales atractivos del trabajo de Neil Gaiman radica en la capacidad que demuestra para lograr que cualquier persona se adentre en un mundo complejo a partir de caminos simples. Como en cualquier novela de fantasía que se precie, nos encontramos delante del esquema habitual del viaje del héroe que detectó Joseph Campbell en sus trabajos. Un personaje ajeno a la realidad fantástica acaba adentrándose en esta nueva realidad. Al mismo tiempo que él aprendremos sus secretos y las normas que lo rigen.

En este caso, la parte oscura de la esfera no se encuentra demasiado lejos. Podemos hallarla justamente debajo de la ciudad de Londres. Londres de Arriba es el lugar en el que todos vivimos. Somos gente ordinaria y desenvolvemos nuestra actividad en el día a día sin ningún elemento fantástico o sobrenatural. Bueno, yo en una ocasión vi a un BMW poner un intermitente en carretera y pedí un deseo. De todas formas, la rutina de la normalidad se desarrolla en estos lugares.

Más allá de la parte superior e invisible a los que somos habitantes del espacio habitual, se encuentra Londres de Abajo. Este es el lugar donde se dará la historia y en el que parece que lo imposible tiene cabida sin ningún tipo de límite. Anclado en otra época temporal, no ha requerido de avances tecnológicos para desarrollarse un mundo que se vale de la magia para solventar sus problemas. No por oculto es menos bullicioso. Su actividad puede compararse a cualquier metrópoli europea del momento.

Richard, que así se llama nuestro protagonista, se verá arrastrado a Londres de Abajo. El desencadenante será el rescate de Puerta en unas extrañas circunstancias. Ella está huyendo de un intento de asesinato que ha acabado con toda su familia. Que está mal parece claro con solo mirarla. Cuando los dos mundos se interconectan las consecuencias son estrepitosas. Su contacto constituye la transición de Richard al nuevo universo. Las deidades de Londres de Arriba ya no entienden que su lugar en el mundo se encuentre en el espacio en el que siempre ha desarrollado su vida, sino que ha comenzado a formar parte de la vida baja.

Misión imposible a ojos de todos los habitantes de este extraño lugar, Richard tratará de retornar a su vida original. Quiere encontrarse de nuevo en esa existencia rutinaria y aburrida que tanto echa de menos. Se embarcará en una aventura junto a Puerta y sus compañeros para buscar las respuestas que necesite encontrar.

La historia de una ruptura

Ajeno a todo lo afirmado sobre la trama, Neverwhere está construido sobre la metáfora de la ruptura de una pareja. En sí, toda la novela es una historia sobre lo que sucede cuando una relación larga termina de forma abrupta con consecuencias que no se pueden prever.

La trama arranca en el momento en le que Richard termina su historia con Jessica, su novia de los últimos años. Todo lo que sucede a partir de ese momento es lo mismo que a cualquier que haya vivido esa situación, pero sin mercados asesinos bajo nuestras ciudades.

Las rupturas reconstruyen nuestros mundos. Una pareja duradera construye un universo conjunto. Sin embargo, si el lobo feroz alcanza nuestra posición con ganas de marcha y decide soplar y soplar y la casa derribar, todo lo conocido desaparece. Perdemos nuestro lugar en nuestro esquema y ya no tenemos forma de reconstruirlo. Un espacio seguro se torna tumultuoso y sentimos que no hemos nacido para encajar en estas realidades.

Richard experimenta todas estas fases. Es cierto que Neil Gaiman lo envuelve en fantasía para que se agote el mensaje triste y optemos por un camino optimista. Nuestro protagonista se ve transportado a una realidad donde no se siente a gusto. Un lugar hostil al que parece que le molesta. Pero tampoco puede volver a una circunstancias que ya no existen. Tiene que encontrarse.

Así se verá en esta transición hasta su nueva normalidad. Es un transcurso por una realidad de fantasía. En todo momento albergará la esperanza de retornar al punto de partida. Todos afirman que es una locura, que ya no puede funcionar su plan. Sin embargo, él, iluso, confiado, con ganas de retomar aquello que tanto amaba, realizará todos los esfuerzos por resetear la partida.

Mientras nos buscamos, por mucho que echemos la mirada atrás, siempre acabamos rodeados de nuevas personas, lugares y experiencias. Poco a poco nos cambian. No somos los mismos. Anhelos y deseos se ven alterados. El objetivo se convierte en costumbre. Las razones, en nebulosas y nosotros en papeles que tenemos que tender para saber qué es lo que queremos.

En esta tesitura es probable que en algunas ocasiones consigamos retornar. Pero todo ello es imposible. Si el barco parte no hay fuerza para nadar. Habremos construido nuestro hogar en otros lugares a los que ahora pertenecemos y haremos lo posible por dinamitar todo para encontrarnos de nuevo en ese lugar al que hemos llegado por casualidad, pero que nos ha hecho extremadamente felices.

Una fantasía sin demasiada magia

Uno de los aspectos que he encontrado más interesantes de la novela de Neil Gaiman es que en Neverwhere apenas existe magia. Sí que es cierto que todo está en vuelto en una atmósfera de fantasía que embellece el mensaje de la obra. No obstante, y a pesar de que existen multitud de criaturas que en nuestro universo no podrían tener cabida, se limita a ciertos momentos muy específicos, dejando el desarrollo de la novela a una forma más lineal y realista en el que las opiniones y acciones de los personajes tengan más poder que cualquier conjuro mal lanzado.

Es cierto que las características personales de cada personaje divergen, que muchos tienen habilidades especiales, pero nada más allá de una fina capa de magia que no entorpece la verdadera historia que Neil Gaiman nos quiere hacer llegar. La fantasía siempre fue su medio. Es el ambiente en el que se encuentra más cómodo. Lo importante es el mensaje y no el envoltorio.

De esta manera, las soluciones se encontrarán sin presencia de elementos sobrenaturales. Será la astucia e inteligencia de los protagonistas quienes determinen los resultados.

Una mención especial a los villanos

Neverwhere implica hablar de sus villanos. En estas páginas no voy a hacer referencia al definitivo de la obra, entre otras cuestiones porque se guarda en secreto durante gran parte de la novela —aunque no sea complicado determinar quién es—. Sin embargo, me he encontrado realmente a gusto con sus dos esbirros: Sr. Croup y Sr. Vandemar.

Tienen carisma. Son un dúo que se retroalimenta y que están construidos con mucho cariño —y odio—. La calidad de la obra se engrandece por un elemento que no acostumbramos a tener.

Sus escenas rebosan calidad. Cada vez que aparecían superaban mis expectativas. Te sientes identificado con ellos y tiran ellos solos de la trama.

Un toque de Terry Pratchett

Neverwhere tiene un pequeño toque de Terry Pratchett. Quizás sea una mera percepción personal, pero la herencia de un maestro nunca suele ser casualidad.

Neil Gaiman comenzó escribiendo junto a él y parte de su estilo se contagió. Sin alcanzar los niveles de humor tan característicos cimentados en la ironía, el autor es capaz de lanzar una crítica muy potente de manera sutil para que nadie la rechace a las primeras de cambio.

Una especie de homenaje que seguramente agradecería Terry Pratchett

Conclusiones de Neverwhere

Me ha parecido una novela mágica. La sitúo por encima de American Gods. Su desarrollo me ha dejado más satisfecho como lector. Sin entrar a más comparaciones, he terminado muy contento con la lectura. A pesar de que el mensaje en sí es triste, el disfraz de optimismo nos enseña a qué agarrarnos todos cuando algo malo suceda. Siempre hay un motivo para sonreír y un lugar al que acudir. Independientemente de lo grave que sea el asunto, nadie nos puede robar la risa y las carcajadas.

Recomiendo encarecidamente esta obra tanto a los fans de la fantasía como a aquellos más profanos en el género. Creo que puede ser disfrutado por ambos bandos sin ninguna clase de barrera. Cuando la calidad existe no hay límites.

El artículo «Neverwhere» de Neil Gaiman | Reseña literaria es propiedad de Carmelo Beltrán.


Volver a la Portada de Logo Paperblog