Newcastle dio el golpe

Lejos de recuperarse, el Manchester United completó otra actuación deficiente y sufrió su primera derrota en condición de visitante en lo que va de la Premier League al caer por 3-0 ante el Newcastle, que venciéndolo diez años después de haberlo hecho por ultima vez (Septiembre del 2011, por 4-3) le impidió alcanzar la posición del Manchester City, que tras su muy buena victoria de ayer ante el Liverpool ahora disfruta del liderazgo en soledad.

Se trató de un triunfo histórico y reconfortante del Newcastle, que lavó aquella imagen desteñida que había dejado hace solo unos días en Anfield Road -perdió por 3-1- y sustentado en un trabajo en conjunto realmente destacable logró redondear una actuación para el recuerdo. De esas que teniendo en cuenta la entidad del rival no se olvidan fácilmente.

Importaron poco esos tres encuentros que el equipo llevaba sin ganar en su estadio, el Saint James Park. El equipo salió convencido desde un inicio y sin importarle el oponente que tenia enfrente comenzó a preocupar desde bien temprano. Mostrándose atrevido y ambicioso. Tomando la iniciativa y dando el primer aviso con un remate lejano de Johan Cabaye que fue bien controlado por Anders Lindegaard.

Dicho arranque sorprendió al United, que aun así respondió inmediatamente con un remate colocado pero demasiado débil de Nani y un cabezazo al palo de Dimitar Bervatov, en las que a la postre serian sus únicas dos acciones de real peligro a lo largo del primer periodo.

El encuentro era entretenido a esa altura, ya que ambos equipos lucian animados y procurando encontrar grietas por las cuales progresar e imponerse, ya sea colectiva o individualmente, intentaban acercarse con peligro al área contraria.

Fue así hasta promediando los veinticinco minutos, momento en el que el choque perdió intensidad y pasó de ser entretenido y llevadero a sumamente desprolijo y mal jugado, tanto por unos como por otros. Hasta que Tim Krul sacó del arco promediando los 32 minutos, Shola Ameobi la bajó de cabeza y Demba Ba -goleador del torneo con 15 tantos- anticipó a Rio Ferdinand y ajustició a Lindegaard con un remate colocado.

Inesperado y sorprendente, el gol cambió por completo el devenir del encuentro. En primer lugar, porque le dio ánimo y confianza al Newcastle, que a partir de allí comenzó a ejercer un dominio claro. Y en segundo, porque significó un mazazo terrible para el United, que acusado por la imprecisión, la falta de espacios y la ausencia de ideas no pudo reponerse nunca.

Ryan Giggs y Ju-Sung Park no pesaron, Nani cayó en la intrascendencia absoluta y tanto Berbatov como Rooney pasaron totalmente desapercibidos, siendo controlados de forma extraordinaria por Michael Wiliamson y Fabricio Coloccini, en lo alto del podio junto a Demba Ba, Ismael Tioté y Johan Cabaye, quien además de jugar muy bien fue el encargado de anotar el segundo gol al transformar en gol un tiro libre delicioso dos minutos después de la reanudación.

De poco sirvieron los cambios que posteriormente realizó Alex Ferguson, porque aunque en los minutos siguientes al segundo gol el equipo tuvo algunas situaciones claras de gol la reacción terminó siendo demasiado liviana como para poner en apuros al equipo conducido por Alan Pardew.

Ya en el minuto final, el broche ideal lo puso Phil Jones, quien marcó en contra de su propio arco de forma increíble y terminó por redondear una noche negra para el United, que sin triunfos en lo que va del 2012 ahora mira al City desde el segundo lugar. El encuentro del próximo domingo en el Etihad Stadium, en el que ambos chocarán en el marco de la tercera ronda de la FA Cup, se presenta como el ideal para buscar la reivindicación.