Ni bueno ni malo si no todo lo contrario

Qué buenas noticias se reciben en la soleada España desde las alturas donde habitan las autoridades del régimen. La balanza comercial va de lujo, viento en popa a toda vela y empujada por la corriente de chorro como viento de cola. Porque las noticias más que buenas son excepcionales, casi hasta se podría decir que mágicas, se ha obrado el milagro y España está reduciendo el "déficit comercial", porque cada día importa menos bienes del exterior. Buena noticia.
Si nos ponemos en el bien de importación por excelencia que es el petróleo, y calculamos el volumen de camiones y todo tipo de vehículos a motor que se han quedado parados con la desaparición de la burbuja de la construcción y le sumamos lo que se ahorra cuando un tercio de la población activa no tiene que desplazarse a trabajo alguno por no tenerlo, seguro que sale muchísimo ahorro en esta partida. Claro que entonces no se recauda porque un tercio de la población no tiene para consumir más que lo imprescindible para su propia supervivencia. Mala noticia.
Hay países que de seguir este razonamiento lo hacen estupendamente bien y sirven de ejemplo, Guinea Ecuatorial, Angola, Nigeria o Kazajstán son países con una balanza comercial favorable, venden más de lo que importan. De hecho, tiene una balanza de lo más saneada la República del Congo. También tienen saneadas balanzas comerciales Venezuela, Brasil, Puerto Rico, Chile y Argentina. Todos ellos producen y exportan mucho más de lo que importan para consumir. Con este dato podemos decir que son economías sanas porque hacen beneficios, luego son los países a copiar por su crecimiento.
En la otra punta, países como Francia, Gran Bretaña, o Estados Unidos tienen un enoooorme déficit según su balanza comercial, luego no están tan saneados como pueda estarlo la República del Congo, Nigeria o Angola, ejemplo a seguir por los acompañantes del fin de lista, que casualmente son Portugal, Grecia, Italia y España, los cuales presentan una balanza comercial peor que la de Bangladesh, a quien al parecer deben de acercarse como sea, a la vista de lo que se considera una buenísima noticia para los de la periferia sur europea.