Revista Educación

Niñas arrastradas hacia el altar

Por Ikerag @ikerag85

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Hoy quiero tratar un tema que, realmente, me horroriza. Yo puedo comprender las culturas de algunos países, las tradiciones, los ritos, las creencias, pero lo que no puedo entender y, aún menos, compartir, es lo que, en países islamistas, hacen con las niñas, obligadas a casarse, con 9, 10, 11 años con hombres de 40 y lo que me petrifica, aún más, es que son las propias familias de esas niñas las que les obligan a casarse, padres y madres que se encuentran sumidos en la pobreza y para obtener cuatro míseras perras arrastran a sus hijas menores a casarse con maduros enriquecidos, intolerable.

Y es que son muchas las noticias, sobre esto, que aparecen últimamente en nuestros periódicos y medios de comunicación, la última la he leído esta misma mañana, una niña de 8 años yemení ha muerto en su noche de bodas a causa de severas lesiones en sus órganos genitales ocasionando una grave hemorragia, repito 8 años, ¿dónde está la moral aquí?, evidentemente ya se está pidiendo justicia para encerrar al salvaje “novio” y a la familia de esta niña.

Hace poco, también, leíamos como una niña de 11 años, también yemení, gritaba bien claro que si la casaban con un hombre desconocido se suicidaba y si no se casaba su propia familia la asesinaría, ¿estamos locos o qué? me pregunto yo donde se encuentra el límite de lo que una cultura establece a lo que la lógica humana, que parece que a veces no se tiene, dice. Me parece una auténtica salvajada y, desde este blog, quiero denunciar, estas prácticas culturales que en países como Yemen se llevan a cabo.

Quizás el horror que causa este hecho en mis ideales sea debido a la diferencia de culturas, pero repito que yo respeto todos los ideales culturales de cada país pero las prácticas que se llevan a cabo, en algunos de ellos, como es este caso, ni lo respeto, ni lo tolero, ni lo comparto, es más lo denuncio.

Pienso, firmemente, que deberían revisarse los valores culturales de algunos países, estableciendo penas de por vida a prácticas, para mi ilegales, que se realizan con menores porque, como siempre he dicho, debemos proteger a nuestros menores y no llevarlos por un camino de infierno, no maltratarlos de esta manera y no obligarles a realizar acciones en contra de su voluntad y el caso de estas niñas es solo un ejemplo de las salvajadas que se llegan a realizar porque, seguramente, desde la clandestinidad, existan muchísimas más que no se llegan a saber.

Solo espero y, para terminar con mi discurso, que no tenga que leer más noticias de esta índole que cada uno se case con quien se tenga que casar porque uno mismo quiere, por algo tan sencillo y complicado a la vez, que es por amor y no por honor o riqueza que una familia quiera obtener, porque por ese camino solo se llegará a la desgracia de menores inocentes y, por ende, de todos los que le rodean.


 


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