El Niño Gordo les da la bienvenida a su mundo lúdico e interactivo. Un viaje por Japón, Tailandia, Vietnam, China, Corea y Taiwán.
Una parrilla asiática que refleja las mixturas migratorias y la presencia de la cocina oriental en nuestra ciudad. Esta diversidad se pone en evidencia en su layout con diferentes tipos de sitting, acompañados por una mirada kitsch de los elementos icónicos que representan estas culturas y que llevamos todos en el imaginario colectivo. Su identidad está compuesta por un amplio universo gráfico que se materializa en revestimientos, en vajilla y en merchandising. Niño Gordo es diversión, es fuego, con un toque asiático.
Revista Arquitectura
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