NO culpes al karma de lo que te pase por gilipollas!!!

Si estás leyendo estas líneas es que te ha llamado la atención el título. ¿Te gustaría decírselo a alguien? ¿Te gustaría decírtelo a ti mismo? Y lo más importante: ¿Te gustaría mantener durante un buen rato la sonrisa que se te ha quedado en la cara? Pues esta es tu novela. Te podríamos contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara, es una chica muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿a que nunca lo habíais oído?, que si es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos... Por supuesto la vida se le complica y se encuentra con que su piso se ha convertido en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver... Pero mejor no te lo contamos, que te gustará leerlo. Lo único que necesitas saber es que, desde el título, te garantizamos unas cuantas horas de diversión como hacía tiempo que no disfrutabas. ¿A que ya habéis sonreído al leer el título? Pero bueno, ¿y quién no? Eso es exactamente lo primero que me atrae de este libro. Y luego vi la portada y me dije: son flamencos y son unos animales preciosos. Pero sí, ese es otro tema. Y si queréis saber que tiene que ver una cosa con la otra, vais a tener que leerlo, porque aún cuándo el título promete algo divertido, lo que te vas a encontrar entre sus páginas asciende a otro nivel. ¿Queréis que os ponga en situación? Sara es una treinteañera que ha estudiado una carrera, se ha pasado meses preparando unas oposiciones para ser profesora y... ha acabado siendo plumista. Plumista, amigos. Ajá. Justo ese tipo de profesión que sólo conoce el uno por ciento de cada cien. Además es la chica con peor suerte del mundo. ¿Lo bueno? Pues que ella lo lleva con humor. Así que el día que su novio se va a París durante un año, que la tienda que ha abierto con tanto esfuerzo empieza a desmoronarse y en su vida ya no cuadran las cuentas, no cree que las cosas puedan ir a peor. Pero sí, vaya que sí. Y sino que se lo digan a su pasado, que después de quince años toca, literalmente, a su puerta. Partiendo de esta base, Laura Norton nos sumerge en una historia que bien podría clasificarse como chick-lit, ambientada en Madrid y con importantes dosis de humor e ironía de principio a fin. Con una narración fluida y desenfadada, a través de las propias palabras de nuestra protagonista la autora nos regala situaciones tan desternillantes como absurdas. Situaciones tan del día a día que no podrás evitar que se te escape la carcajada pensando, ¿y si esto me pasara alguna vez a mí? A través de una pluma ágil y unos diálogos muy conseguidos gracias a su realismo, Laura Norton ofrece una novela amena y que te atrapa desde la primera página. No culpes al karma puede presumir de un argumento que aunque a grandes rasgos podría parecer simple y predecible, se acaba convirtiendo en una historia rápida y refrescante, sin espacio para el aburrimiento. Con algún que otro giro argumental en el momento preciso y un toque muy especial en sus descripciones, este libro hace alarde de unos personajes tan geniales como estrafalarios. De la mano de Sara, nuestra protagonista, nos sumergimos en su caótica existencia y observamos como en muchas ocasiones no se olvida de hacer una divertida radiografía del panorama actual, crisis mundial incluida.

Es como si el mundo se descolocara. No de una manera brutal, pero sí ligeramente, como si el universo estuviera hecho de piezas de Lego de colores y de repente se cambiaran dos de sitio. El resultado sería parecido, pero a la vez diferente. No sabes dónde reside ese cambio, pero sientes que algo ha dejado de ser igual. Como si intuyeras que esa pieza amarilla, o tal vez azul, no iba ahí, y eso produce una desazón difícil de explicar.

Aún siendo un libro escrito en clave de humor, No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas también nos hace reflexionar precisamente sobre estas palabras. A veces las cosas van mal, sí, ¿pero cuánto es culpa nuestra y cuánto mala suerte? Nos asegura que no podemos planear el futuro al milimetro porque la vida está para vivirla, como dice por ahí una canción, y como si de una novela se tratase nunca sabemos que nos encontraremos en la siguiente página. Y eso, nuestra controladora protagonista, ya veréis que al final se lo aprende muy bien. En definitiva, ¿buscáis diversión? Es vuestro libro. ¿Buscáis amor? Pues también. ¿Algo como la vida misma pero elevado al cuadrado? ¡Entonces sí que no te lo puedes perder! No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, que te lo buscas tú solita. Esto es lo que nos cuenta este divertido libro. 
Nos vemos,con amor.Me hace mucha ilusión que comenten en mi blog!! Yo no iba a ser menos, así que cada comentario es un paso más para seguir con mi blog. Intento leer todos los comentarios y los contesto casi al momento. Si tienes cualquier duda ya sabes donde encontrarme. ¡Gracias por vuestros comentarios! !!Besos!!! ♥ María ♥