No es solo un cuento infantil, hada mágica

Lo siento, hada mágica, es posible que a ratos me sientas como un mal sueño en tu vida de hada o un mero ensayo mejorable del cuento infantil y maravilloso que guardas desde niña en tu corazón! Un simple apunte en blanco y negro de lo que siempre habías soñado en colores para ti! Pero demasiadas veces es el miedo quien nos nubla la vista para no ver esa realidad compartida que sí puede convertirse en ese sueño y que está hecha de muchos momentos compartidos de serenidad, de paz, de deseo, de humor, de música del alma, de ternura, de complicidad mútua… de magia a todo color! Nuestro corazón reconoce ese nuestro sueño dorado en cuanto llega hasta nosotros y, sorprendentemente, nos damos cuenta de que se parece -quizás incluso demasiado- a nuestro sueño de colores de siempre, a ese cuento infantil especial que nos emocionó de niños… y eso nos hace incluso dudar lo de lo que sentimos ante esa nueva realidad que llega y nos envuelve en el ahora mismo y que, desde el corazón, la sentimos y vivimos tan intensa y, a la vez, tan distinta a esa otra ficción que hasta entonces vivíamos y que nunca nos trajo la felicidad!

También es posible que yo solo haya llegado a tu vida para recordarte quién y cómo eres realmente y qué mereces en ella, para despertarte a tu sueño dormido… la vida dirá! Pero si, al fin, solo fuera un gnomo del bosque encantado que aparece y desaparece o ese simple faro en tu vida, hada mía, aprende a mirar en él esa luz que brota de mi alma y guía hoy todos mis actos, invitándome a sentir y a vivir el amor de verdad! Y tras esa luz blanca y radiante de tu faro o en la mirada sincera de tu gnomo del bosque, solo deseo ahora que sepas ver todas esas tinieblas que antes tuve que atravesar en mi historia hasta llegar aqui, a tu vida y que propiciaron que aprendiera a encontrar esa luz donde ya estaba, en mi propio corazón…

En todo caso, hada mía, el medio camino entre el sueño de ese cuento mágico y la realidad de la vida, con sus luces y sus sombras, provoca confusión, lo sé. Yo, aunque al fin y al cabo solo soy un simple aprendiz de duende y, como tal, un alumno aventajado del amor, ahora ya puedo afirmar que si el amor es de verdad, debe remover nuestra alma en lo más profundo, precisamente para vaciarla de toda esa oscuridad que a veces la ocupa, sembrada por nuestro pasado! También puedo hoy afirmar que, en los cuentos y en la vida real, si somos valientes, al fin siempre llega la luz y la paz, necesaria para vivir el amor en este cuento infantil y maravilloso que debería ser siempre la vida! Porque, recuerda, cuanta más luz llega a nuestra vida, más sombra se crea a su alrededor, en forma de brujas, de dragones, de conjuros malignos y de pócimas…

Hada mía, el amor -como todo lo esencial en nuestra vida- en un cuento de fantasía que puede ser la vida, siempre exige valentía, la misma que viste y admiraste en mí… y que tienes tu, aunque ahora esté temporalmente oculta bajo las tinienblas de la, a veces, propia y cruda realidad! El amor exige paciencia, esa que viste y admiraste en mí… la misma que tienes tú, aunque a veces esté tras la urgencia del día a día. Pero también sabes, hada mía, que, para ver y sentir todo eso ante mi -esa misma valentía, paciencia, incluso el amor y el dolor- significa que ya los tienes en tu propio corazón, que quizás yo desperté al llegar a tu vida, porque resonó en ti, en forma de ese cuento que te explicaron cuando niña y que ya entonces te conmocionó! No te conozco lo suficiente y no he visto aún la clarisas de tu mirada, es verdad hada mía, pero sí supe leer ese cuento infantil allí donde estaba, en tu corazón… y me creí tu soñado príncipe azul, aunque no fuera más que un simple aprendiz de duende!

Al final, seré o no el príncipe esperado en tu vida plena y en tu cuento infantil con final feliz… o seré un mero duende encantado espectador en ella, pero ahora sé que pronto seremos felices, hada mía, tras atravesar ese sendero momentáneo y a ratos difícil del bosque encantado, que la misma vida ha interpuesto entre nosotros! Pero ten por seguro -confía en ti, en mí y en la vida- que, tras la oscuridad actual y los peligros del bosque oscuro, muy pronto celebraremos juntos la llegada victoriosa de la luz a nuestra vida entera y a ese cuento común soñado, en el que todo ya es firme, irrenunciable y pleno, con todo ese amor que tenemos en nuestro corazón y que da sentido a todas esas luces y sombras que hemos vivido hasta llegar a la verdad de nuestras Almas, hoy anhelando compartirse para siempre, por amor! ¿No es un cuento infantil y maravilloso, acaso, que valió y vale la pena vivir?

Lamento no poder explicarte hoy el final de ese cuento que hoy nos une a ti y a mí en ese mundo de fantasía que siempre soñamos, con hadas y duendes mágicos, con dragones malvados y hechizos, con luces y sombras, con castillos encantados junto a los lagos del norte y en playas magníficas del Sur, de arena dorada y agua intensamente azul. La misma vida dirá si somos o no capaces de convertir esa fantasía en nuestra verdad de cada día! Hace quizás un par de noches, cuando la magia ilumina mejor nuestra alma, un adorable ángel quizás caído del cielo se acercó a mí y me susurró al oído ese final feliz del cuento que hoy sueño cada día y que nos une a ti y a mí. Aunque ahora soy incapaz de escribirlo por mí mismo. Te necesito a ti! Me entusiasmó su “colorín colorado, este cuento se ha acabado”, porque ya sabes que en mi nueva vida ya solo puede haber felicidad y un final feliz! Pero no voy a contarte ahora ese final siempre posible, mágico y maravilloso de nuestro cuento soñado, hada mía, solo espero que ese mismo ángel que me lo explicó pase pronto por tu corazón, lo dejes entrar o salir, no lo sé… y lo haga por mí!

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