Revista Cultura y Ocio

No habrá más enemigo

Publicado el 09 marzo 2012 por Brisne @Brisne72
No habrá más enemigo"Cribandolos pocos recuerdos  que la censura de la memoria ha dejado pasar me veocomo un hijo molesto. Demasiado preguntón. Demasiado impertinente. Demasiadolector. Demasiado pajero. Demasiado vago. Demasiado solitario. Demasiadoimpaciente. Demasiado hablador.Unhijo demasiado".
Llevounos días, acabé el libro el martes, pensando como hacer esta reseña.Normalmente los libros reposan un día pero al terminarlos tengo claro lo quequiero decir con ellos. Con "No habrá más enemigo" no me ha pasadoeso. No tengo claro  lo que quiero decirles del libro. Si tuviese queexplicarles en dos líneas de que va el libro, no podría, porque en su interiorse agolpan demasiadas cosas. Padres e hijos. Creo que nos habla sobre todo decómo los padres influimos en los hijos. Pero también de sexo, de obsesiones, delocura, de huidas, de salidas, de entradas. Es una novela demasiado. Demasiadointensa. Demasiado sentimental. Demasiado farolera. Demasiado loca. Demasiadotierna. Y es en ese demasiado, sin medida, en el que te atrapa. Te lleva. Juegacontigo. Te habla de póker. De adicciones. De sexo obsesivo. De amor enfermizo.De historias increíbles. De anillos. De Lenín y León. De Alejandra. De Lola. Deconvencionalismos. De querer algo que en realidad no quieres. De juventud. Deviajes. De Dorothy en el País de Oz. De un camino de baldosas amarillas que noquieres pisar. Y entonces, lo miras. Lo ves. Y piensas en tu propio camino debaldosas amarillas, tan gastado, tan soso, tan sucio que casi no es amarillo.Pero Sergio del Molino lo ha recorrido en tres tandas. Con la historia deLenín, delirante, enganchado a un amor destructivo. De la mano de Lola le hallevado a la locura. Un Lenín que tiene un padre que no le habla. Historia deuna obsesión, por Lola y por su padre. De la mano de León, un tío tan normalque sorprende en su final. Un hombre que ama a Alejandra. Y por ese amorrealiza la locura de su vida. Y finalmente de la mano de ella, Alejandra, laque huye. Siempre huyendo y sin poder escaparse de sí misma. Mi personaje.Porque siempre hay uno con el que empatizas más, y el mío ha sido ella, latremenda huída, sin saber bien de que huir. Quizá huyendo de si misma sin podersacar los pies de tus propios zapatos. Y con ella he pensado en mis huidas ymis regresos. En el ansia a los veinte de irme de casa, del pueblo y el regresodespués siguiendo mi propio camino de baldosas amarillas. Un poco comoAlejadra. Me ha gustado seguirla en su huída aunque no haya terminado deentender el final. Cosa que tampoco me importa demasiado. Me gustan los finalesabiertos, las discusiones con otros, el poder hablar sobre lo que interpretamosal leer, que no me lo cuenten todo.
Y alfinal el bonus track, la historia del escritor sin máscara. Ternura saliendoentre las letras y el desasosiego que te produce el saber que el autor perdióun hijo de dos años justo antes de publicar la novela. El homenaje póstumo. Lavida injusta sin máscara golpeando la sien.  http://feedburner.google.com/fb/a/livefeed?id=ri6e1gq8734efuk7f5arnr56ic

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