Revista Cultura y Ocio

No he hecho los deberes porque... Davide Cali. Benjamin Chaud

Por Mientrasleo @MientrasleoS
No he hecho los deberes porque... Davide Cali. Benjamin Chaud
     "- Así que... dime, ¿por qué no has hecho los deberes?
     - No he hecho los deberes porque...
       Un avión lleno de monos aterrizó en nuestro jardín..."
     Los niños son los primeros lectores. Tal vez no lo recordamos, pero nosotros también fuimos niños, y nos regalaban libros que no siempre nos gustaban. Por eso es importante buscar libros divertidos que les atraigan, y precisamente ese es el motivo de que hoy traiga a mi estantería virtual, No he hecho los deberes porque...
No he hecho los deberes porque... Davide Cali. Benjamin Chaud     En este libro ilustrado conoceremos las imaginativas excusas que da un niño a su profesora por no haber hecho los deberes. Veremos hermanos convertidos en monstruos, perros que comen perros que comen deberes o extrañas invasiones. Y también un final con un divertidísimo guiño metaliterario muy sencillo pero que les dejará con la boca abierta.
No he hecho los deberes porque... Davide Cali. Benjamin ChaudNo he hecho los deberes porque... Davide Cali. Benjamin Chaud     En estas fechas que se aproximan, casi todos tenemos un regalo que comprar. Por eso me he decidido a traer este libro (por eso y porque el otro día en la librería vi a un niño que se reía y le contaba a un adulto la historia). Es justo así como tiene que ser. Muchas veces, cuando regalamos libros a los más pequeños, buscamos los que nos parecen bonitos a nosotros, sin tener en  cuenta que ya no tenemos cercana esa edad, y luego no entendemos el fracaso. Eso es lo que me ha gustado más del título que hoy os traigo:se trata de un libro cortito con una encuadernación preparada para resistir y con unas ilustraciones francamente llamativas que mantienen una armonía en los colores más que agradable... y además es un libro francamente divertido que parte de un clásico para los más pequeños de la casa: "No he hecho los deberes porque"
Y automáticamente todos pensamos en el perro que se los come. Pues incluso a esta escusa le da un toque imaginativo, porque si algo derrocha el libro es imaginación.
     Y, por supuesto, no os perdáis el final. Porque la guinda viene al final, cuando incluso a los adultos se nos escapa una sonrisa ante la pequeña sorpresa que nos aguarda.
     Terminada la lectura, os dejaré un pequeño aviso: el uso de cualquier excusa de las que aparecen bajo este libro será responsabilidad de quien la utilice. La credibilidad de cualquiera de ellas dependerá de la imaginación de quien las reciba. No se recomienda manejar más de una excusa al día, ya que existe peligro de reacciones adversas en el oyente. Los efectos secundarios van de la sonrisa a la carcajada pasando por la incredulidad y, en el 100% de los casos, se garantiza un rato de diversión.
     Y vosotros, ¿os gusta regalar libros a los más pequeños?
     Gracias

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