No pienso hacer nada

Me paso el día corriendo de un lado a otro. Bueno, la verdad es que correr ya no corro. Hace ya tiempo que me tomo las cosas con calma y sí, sigo de un lado a otro con el día lleno de actividades o tareas, pero no corro. De hecho, camino a la mayor parte de los lugares donde voy. Cansada de no poder hacer deporte como tal por falta de tiempo, ahora aparco el coche y camino de un lado a otro. Sí, me toma más tiempo, pero no tengo que soportar el mal humor de los conductores de esta ciudad, y así, hago ejercicio. Win-win que se suele decir.

Todas las cosas que hago durante el día las hago con gusto, al menos la mayoría de ellas. Reciclar e ir al super (cuando ya he ido tres veces en una semana) es algo aburrido, pero son cosas que hay que hacer. Prefiero tener que ir al punto limpio a reciclar que no separar desechos. Antes hasta disfrutaba de ir al supermercado, ahora…depende. Un día tras otro, pues al final aburre.

Pero eso no quita, que se vayan acumulando, una tras otra, y que entre idas y venidas del colegio, extraescolares, el super, compras varias, idas y venidas a casa de amigas, recados, etc.. me pase el día de un lado para otro. Y eso es de lunes a viernes, y sábados y domingos, que siempre se llenan con eventos aunque uno se proponga descansar.

Siempre digo que quiero estirarme en el sofa toda la mañana, siento que me repito mucho con esta frase. Pero la verdad es que en los momentos que puedo, no lo hago. Me pongo a mirar el teléfono, a ponerme al día con cosas pendientes, a ordenar, a cualquier cosa. A veces se puede uno sentar a descansar un rato y parece que no sea yo la que no quiera!

También hay días que decido sentarme 5 minutos y entre mamá por aquí, mamá por allá, parezco un muelle rebotador…es tocar el sofá y en pie estoy de nuevo.

Y como si no es por una cosa es por otra, y los días se pasan de uno a otro con mil cosas que hacer y sin descanso, hoy he decidido parar. Hoy, no se recoge, no se ayuda con los deberes. Hoy, ni siquiera voy a jugar, ni a mirar el teléfono. Hoy, solo quiero disfrutar de una siesta, o de leer quizás…si me canso de mirar el techo. Hoy a las peticiones de “mamá, ayúdame a buscar el vestido de Pinkie Pie que no sé donde está” o las de “Mamá jugamos a las damas” pienso contestar que no. Que hoy, yo miro, pero no pienso moverme del sofá.

Que por un día, tampoco pasa nada. Que después leo cosas sobre porqué las mamás no son tan felices y me identifico aunque yo sí reserve mis espacios para mí. Aunque ahora ya pueda ducharme tranquila sin que me interrumpan 80 veces (una de cada 5 duchas al menos) Pero es que al final, se acumulan las tareas, ¿o no? Así que hoy, esta es mi tarea de la tarde…

(la foto no está preparada, es totalmente real…aunque no es del mismo día del relato, pero es sencillamente otra tarde que fui pillada en plena siesta)

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