Revista Cine

No quiero ser recuerdo: ¡Acción!

Publicado el 09 noviembre 2012 por Oscarparracine

A pocas horas de dar el primer claquetazo a mi nueva película “NO QUIERO SER RECUERDO”, las emociones vuelven a agolparse dentro de mi. Esta enfermedad llamada cine es incurable y, lo que es peor, es contagiosa.
Lucía Ramos, Landher Iturbe, Ramón San Román, Julián Teurlais, David Ortiz, Kiko Gutiérrez, Sarai Keren, dormirán esta noche con la responsabilidad de transmutar tinta y papel en carne y emoción mientras Gema G. Regal, Josean García y otros ultimarán los sets de rodaje, las hojas de llamado, las listas de atrezzo… Pruebas técnicas de última hora  y el nerviosismo a flor de piel en los sensibles actores de los que me he rodeado, es ya palpable. Comenzamos, una vez más, un viaje con rumbo definido pero de resultados impredecibles.

A estas  horas mil preguntas tratan de inquietarme y sacarme de mi concentración pero no lo consiguen. De nuevo vuelvo a hacer cine, de nuevo la extraña intimidad de unos actores y una cámara como único testigo de su arte van a formar parte de mi día a día durante las próximas semanas.

Escribir esta película ha llevado un proceso algo distinto a las anteriores. Me ha obligado a bucear en otras realidades, a sumergirme en los laberínticos caminos del amor y el desamor, a recomponer viejos retratos, pálido reflejo de amores del pasado y a formar con ellos un nuevo presente. Después de todo, ¿no somos la suma de todo lo vivido?
El amor.
Ese misterioso don que convierte lo absurdo y mundano de la vida diaria en una montaña rusa emocional de la que pocas veces sales indemne. Los recuerdos de un pasado que, siempre, se nos antoja maravilloso gracias al irreal tamiz que los años han ido depositando sobre lo que, un día, fue centro de tu vida y hoy es únicamente una colección de olores, sitios y cartas sin significado alguno para nadie excepto para sus protagonistas.
La película se atreve a  tocar un asunto tabú en las relaciones de pareja: los amores de antaño y al mismo tiempo plantea una cuestión: ¿has convertido en recuerdo aquel amor primigenio o en realidad la chispa que un día fue hoguera sigue encendida en algún rincón de tu alma…?

La respuesta, solo la tienes tú.

No Quiero Ser Recuerdo

No Quiero Ser Recuerdo


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