Revista Ciencia

No seas Cedro: Da y extiende.

Publicado el 22 abril 2010 por José Luis Ferreira
No seas Cedro: Da y extiende.Leemos en El País que Cedro avisa a las “universidades pirata”.
Lo de las universidades pirata es una gracia entrecomillada del articulista, así que pasémosla por alto. Para entendernos, Cedro es a la escritura lo que la SGAE a la música.
La directora general de Cedro no llama piratas a las universidades, pero sí dice que
“No se dan cuenta de que están perjudicando a la ciencia, al progreso y a ellos mismos, porque ellos también generan derechos de autor.”
La queja se refiere a la difusión masiva de obras escritas. Difusión que se da en forma de fotocopias, archivos electrónicos y bibliotecas, así como en forma de publicidad en las clases de las obras relevantes para la asignatura.
A la universidad española se le pueden criticar muchas cosas, pero querer que limite la difusión de obras es un gran disparate. La mayoría de las obras que se distribuyen en la universidad son artículos, revistas y libros de texto o de investigación. He trabajado en siete universidades distintas, me han invitado a dar seminarios a unas cuantas decenas en tres continentes y he conocido a colegas de más de un centenar entre congresos y visitas, y jamás he conocido a nadie que publique sus investigaciones o sus libros de texto por el lucro que puedan suponer las ventas de esos libros o artículos.
Para empezar, las publicaciones en revistas no dan un solo euro al autor. Los libros de investigación o de texto sí dan dinero, pero muy poco. Las razones casi exclusivas para publicarlos son el afán personal por crear o comunicar y el prestigio que un texto de éxito puede dar. Así, la creación no se verá alterada en lo más mínimo porque haya más o menos derechos de autor. La difusión, en cambio, se puede ver dañada con leyes que permitan a Cedro limitarla. Con la reducción de la difusión, los estudiantes y los investigadores tendrán dificultada su labor y su producción se verá mermada.
¿Y las editoras? Se nos dice que si no ganan, no publicarán, pero no es lo que sucede. Las publicaciones académicas ganan por la ventas institucionales a las bibliotecas universitarias (a precios ridículamente altos), por el presupuesto asignado por la universidad que las publica, por las cuotas de los socios pertenecientes a la asociación que las publica, por las cuotas de inscripción a los congresos que organizan, por las suscripciones personales y por el precio por enviar un artículo para su evaluación.
De todos modos, esto está cambiando. Las mismas tecnologías que permiten la copia, permiten la publicación con muchos menos costes, y ya han salido multitud de revistas (electrónicas y en papel) que permiten la copia y que se autofinancian. Así que los dinosaurios pueden adaptarse perfectamente.
¿Universidades pirata? No, universidades que difundan sin límites.
Eman ta zabal zazu.

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