Revista Opinión

No son sólo palabras

Publicado el 23 enero 2013 por Dean
Se ha convertido en algo normal el sentido distorsionado que han tomado una serie de palabras, y da igual el idioma o el país del que estemos hablando, es una tendencia mundial y podria decirse que es producto de la globalización. 
La RAE (Real Academia Española de la lengua) tiene unas definiciones que deberían ser válidas para la gran mayoría de la población, pero sucede lo contrario y, segun la REA (Realidad Europea Actual) estas palabras sólo cumplen su función para unos pocos. Otras en cambio han desaparecido por nuestra cuenta y riesgo, porque la involución humana nos ha ido transformando y nos ha hecho insensibles a la pérdida de valores que en su momento fueron importantes pero que hoy carecen de significado. Estas son sólo una muestra, pero la lista podría ser interminable: Dirigir: Gobernar, regir, dar reglas para el manejo de una dependencia, empresa o pretensión. Hoy significa robar, expoliar, explotar, aprovecharse de. Avaricia:  Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Se le consideraba una aberración o un desorden, pero en la práctica es un comportamiento normal.
No son sólo palabras Corrupto: Que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar. Pero según la REA significa político, banquero o persona que se puede poner al frente de grandes empresas, persona de confianza para un alto cargo como consejero o asesor con un gran sueldo.
Libertad: Según la RAE es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra (y de no obrar). Facultad que hoy poseen sólo algunos, los que tienen dinero. No son sólo palabrasDemocracia: Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Ni el pueblo ni los políticos son los que gobiernan, son los poderes financieros y el mercado quienes ostentan el poder. Justicia: Aquello que debe hacerse según derecho o razón. O hemos perdido por completo la razón, o carecemos absolutamente de derechos, pero no se está haciendo lo que se debe hacer (¿O si?) Derechos: Facultad del ser humano para hacer legítimamente lo que conduce a los fines de su vida. Otra facultad que se nos ha ido arrebatando de tal suerte que se cuentan por millones las personas que no le encuentran sentido a su vida porque sus derechos han sido reducidos a la más mínima expresión. Dignidad: Sin definición clara por la RAE, pero con una contundente definición por la REA que nos muestra a una inmensa mayoría que busca que se reconozca su situación de igualdad respecto a los demás, y ante todo la necesidad de no ser infravalorada ni menospreciada. Debería ser un valor inherente al ser humano y no estar supeditado a individuos o factores externos, a la vez que ser inalienable y de caracter permanente. Se nos ha privado de nuestra dignidad en muchos lugares de la tierra y seguimos como si no hubiera pasado nada. No son sólo palabras Igualdad social: El término ya ni siquiera existe, pues se usa el contrario (desigualdad social) y su consecuencia, la discriminación, es una palabra por todos bien conocida tanto como usada y practicada a diario. La igualdad se mencionó en la revolución francesa, junto al término fraternidad, pero como ambas han entrado en desuso, seguramente que tienden a desaparecer. Público: Perteneciente o relativo a todo el pueblo. Vale la pena resaltar esta palabra, ya que pronto pasará a la historia, pues está siendo reemplazada por lo privado (pertenencia de unos pocos). Aún el aire -aunque contaminado- es de uso público, pero llegará el día en que será privatizado. Blanqueo de dinero: Proceso a través del cual es encubierto el origen de los fondos generados mediante el ejercicio de algunas actividades ilegales o criminales. Hoy se le llama amnistía fiscal, y se considera una actividad absolutamente legal. Voto: Condición necesaria aunque no suficiente para que un sistema político sea democrático. Pero está demostrado que para nuestros pésimos gobernantes es una condición más que suficiente. Altruismo: Su significado podría dejarlo como tarea, como trabajo de investigación, ya que esta facultad humana ha llegado a tal punto de extinción que, siendo sinceros, podríamos asegurar que sólo es un bonito recuerdo del pasado, una facultad de nuestros superhéroes de la infancia, quizás de nuestros abuelos, o de un cuento maravilloso que alguna vez nos contaron pero nunca una característica de los hombres actuales cuyo sello más significativo es su opuesto: el egoismo. Una palabra que va ligada a otras y por tanto estas otras también se han extinguido: utopía, librepensamiento, protesta, revolución; y han sido reemplazadas por la comodidad, el conformismo. No son sólo palabras  
 

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