Revista Cultura y Ocio

No tan limpias

Publicado el 17 abril 2016 por Icastico

Manos Limpias son las manos de un tal Miguel Bernard, ultra-derechista de 74 inviernos. Difícil asociar limpieza con ultraderecha. Tal vez limpieza ideológica. Reencarnación de la extinta Fuerza Nueva, debutó en la política de una mano como la suya, otro tal Blas Piñar, creador de la Fuerza, casi nada al aparato. Dirigió el Frente Nacional. Fundó Derecha Española y se presentó a las municipales de 1995. A su vera, Aznar es un rojo de mierda, un bolivariano, un podemita piojoso (pelazo no le falta) que además escatimó a la Hacienda de su país, del que fue presidente de gobierno. Será por Patriotas.

Manos Limpias fabricaba querellas como churros. De todo, abundando las estrafalarias. Sería más fácil decir a quien no ha denunciado. Contra Baltasar Garzón, 18 querellas. Contra Podemos y toda su “cúpula” (por seguir los pasos de Hitler, Lenin, Fidel Castro, Pol Pot) van cuatro y todas tumbadas. Contra Zapatero, el 15M, contra las Madres de la Plaza de Mayo (Argentina) ¡por apoyar a ETA!, contra bomberos en calzoncillos, contra “alardes de homosexualidad”, especial obsesión, de hecho puso una denuncia contra los Lunnis por una boda entre dos hombres representada en un capítulo, una muestra más del deterioro moral que estaba sufriendo España era parte del argumento. Pasé por alto el repelús que me producen fantoches como este porque sentó a la infanta en el banquillo (caso Nóos), en medio de todos sus desvaríos. Pero tenía truco. Muchas de sus denuncias lo tenían. Al final es un presunto mierdecilla más. Otro. Todo por la pasta, claro. Unos cuatro millones de euros, se calcula que ha sido el beneficio de la supuesta trama de extorsión de la que presuntamente formaba parte.

Se juntó con otro ultra como él, Luis Pineda, veinte años más joven, condenado en su día por asaltar a una marquesa a la que maniató, obligó a firmar unos talones bancarios y le “limpió” la casa de dinero. Un año después del 23F (1981, por suerte menos cruento que el otro golpe de Estado de Franco) fue detenido por lanzar cócteles molotov para conmemorar el primer aniversario. Cuatro manos limpias. Emprendedor de “éxito”, Pineda creó una asociación (Ausbanc) para defendernos de los abusos de la banca. Hay que reconocer su gran logro también, la eliminación de las clausulas suelo bancarias. Tras varias denuncias por extorsión de ese sector, en 2014 Sanidad expulsa a Ausbanc del Registro de Asociaciones de Consumidores y Usuarios por carecer de “independencia y transparencia”.

Ausbanc exigía grandes sumas por publicidad en la revista de la asociación o para financiar actos. Si no se avenían los amenazaba, supuestamente, con difamarlos en dicha publicación o presentarles una demanda. Esta era interpuesta por Manos Limpias. Cuando se producía el pago al chantaje retiraban la denuncia alegando que se daban por satisfechos con las explicaciones ofrecidas por el denunciado (víctima). La frecuencia de casos así llamó la atención. Imagino que Bernard vio las posibilidades que esto tenía por lo fácil que resultaba y apuntó muy arriba, a la infanta Cristina. La tajada merecía la pena.

Con la infanta hemos topado

A nadie (importante) le preocupó mucho cómo se financia una organización sin ánimo de lucro (y sin afiliados ni subvenciones) como MMLL. ¿Cómo se puede hacer frente a tan elevado número de querellas, la mayoría sin opciones de prosperar? Por otro lado, aunque ganen los juicios en los que participa no recibe compensación alguna. El proceso contra la infanta cuesta mucho dinero. ¿Quién hay detrás? A nadie, hasta que uno de los letrados que defiende a Cristina de Borbón apuntó en esa dirección, desde entonces casualmente todo se ha precipitado. Me surgen dudas razonables, la más importante: ¿A quien beneficia la detención de Bernard? Si el círculo se estrecha y alcanza a la abogada de Manos Limpias por presuntas implicaciones en la trama, la acusación acabará por evaporarse y sobre la infanta no pesará más que el amor por su marido y podrá presumir, jatetú, de manos limpias.

Casualmente, Miquel Roca, jefe del equipo letrado que defiende a la hermana del rey, declaró ante la policía sobre el presunto chantaje al que había sido sometido por parte de un intermediario de Manos Limpias, supuestamente un directivo del Banc Sabadell. Pau Molins, otro de los abogados “reales” también confirmó que le pidieron una cantidad de dinero “absolutamente desorbitada” a cambio de retirar la acusación. ¿Qué hubiese ocurrido si fuera “orbitada”?, es otra duda que me viene. En cualquier caso, con los antecedentes que ya pesan sobre el detenido esto resulta creíble y si no fuera cierto poco va a importar. Roca ha dicho que ellos prefieren que la acusación a su defendida se resuelva en sede judicial y no por una resolución extrajudicial. Pero si desaparece Manos Limpias, con o sin fundamento, tampoco le haría ascos, imagino.

Este par de quijotes justicieros reciclados a bandoleros se encontró con el molino “La Justicia”. Si fuera igual para todos, la cárcel parecería una sucursal bancaria, la delegación de una multinacional, la sede de un partido político o una estancia de la realeza, pero son solo residencias de marginados. No obstante esa misma justicia practica de vez en cuando la caza mayor y abate alguna pieza de foto. Donde pone el ojo suele poner la bala. Lo malo es que la bala se incrusta con frecuencia en el chaleco de la prescripción y ahí acaba el recorrido. Cuando llama a la puerta de alguien va cargada de razones aunque todas las piezas se declaren inocentes y manifiesten ser blanco de una campaña, de persecución, víctima de una conspiración. Son las primeras declaraciones. El trullo está plagado de gente que dice ser inocente. En esto ricos y pobres son iguales.

Cuando una trama se pone a delinquir saca un repoker de delitos en un santiamén porque un delito lleva necesariamente a otro ante la necesidad de mantener oculto el tinglado, opaco, of course (casi me sale offshore). En el caso de estos Robin Hood de pacotilla se les investiga por pertenencia a organización criminal, estafa, fraude, extorsión y no se descarta delito fiscal y blanqueo de capitales.


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