Revista Cultura y Ocio

Noam Chomsky volvió a dar cátedra. Esta vez, en Nueva York

Publicado el 25 septiembre 2015 por María Bertoni

– ¿Qué es la inteligencia?
– Algo que falta en determinados lugares”.

Noam Chomsky al frente del auditorio John L. Tishman.

Noam Chomsky al frente del auditorio John L. Tishman.

Con esa brevísima respuesta, cerró Noam Chomsky la sección destinada a las preguntas del público presente, después de la charla que ofreció el sábado pasado en el auditorio de la New School en Nueva York. En respuesta a las inquietudes de los asistentes, el reconocido lingüista y activista estadounidense habló sobre la política externa e interna de su país. Comentó especialmente el apoyo de Washington al fundamentalismo árabe en tiempos de guerra fría, el respaldo al golpe de Estado hondureño en 2009, la relación bilateral con Israel, la irrupción de la figura de Donald Trump como síntoma de derechización de los partidos republicano y demócrata.

Sobre poder e ideología se llamó la exposición que cubrieron Democracy Now! y medios propaladores como Truthdig y Salon. “Estados Unidos constituye la mayor amenaza contra la paz”; “El Partido Republicano no es un partido político sino una agrupación insurgente radical”; “Deberíamos reconocer que los demás candidatos no son muy distintos (de Trump)” fueron las declaraciones convertidas en título.

La misma Democracy Now! transcribió aquí las respuestas de la sección final. Algunas se desviaron del objetivo principal de las preguntas correspondientes. Por ejemplo, ante la inquietud “¿Por qué Estados Unidos no ayuda más a los refugiados sirios?”, Chomsky calculó la cantidad de asilados de ese origen en territorio norteamericano (unos dos mil) pero luego se concentró en la existencia de otros refugiados: los hondureños que “hace un par de años” vienen escapando de un gobierno de facto que cuenta con el reconocimiento de Washington.

El pedido de opinión sobre la importancia de WikiLeaks inspiró una nueva exposición sobre la “extraordinaria relación de Estados Unidos con Israel”. Entre otras pruebas ilustrativas del vínculo visceral, Chomksy mencionó la filtración de un documento interno del Pentágono, cuyo contenido incluye una lista de prioridades estratégicas para USA, “de lugares en el mundo que son tan importantes que deben ser protegidos a toda costa”.

Eran -no recuerdo bien- quizás una docena de lugares. Uno queda justo en las afueras de Haifa. Se trata de Rafael, uno de los mayores actores de la industria militar. De hecho, ése es uno de los principales centros de desarrollo de tecnología para drones… Nuestros lazos son tan estrechos que (la israelí) Rafael mudó su sede central a Washington, donde está el dinero”.

Al término de la charla en la New School, el lingüista del MIT le concedió una entrevista al periodista italiano Tommaso Segantini. “La Historia no avanza en línea recta” se titula el articulo derivado, que la revista Jacobin publicó el martes.

En ese encuentro, don Noam se refirió -entre otros aspectos de nuestro presente- al movimiento Occupy Wall Street que surgió al calor de la crisis de 2008, a la disyuntiva de Grecia frente las imposiciones de la Troika, al predicamento de Jeremy Corbyn en Inglaterra, de Pablo Iglesias en España, de Bernie Sanders en los Estados Unidos.

A pedido de Segantini, Chomsky imaginó qué pasaría si el candidato de izquierda norteamericano ganara las elecciones presidenciales en 2016. “Estaría solo, sin representación en el Congreso, sin gobernadores, sin apoyo en los estamentos burócratas; y quien está solo en este sistema no puede hacer demasiado”, aventuró.

El entrevistado dijo algo parecido sobre Grecia. “Si hubiera contado con el apoyo de España, Portugal, Italia y otras naciones, entonces habría podido resistir el ataque de la alianza eurócrata y bancaria, pero el país estaba solo, por lo tanto no tenía muchas opciones” dijo antes de deslizar la siguiente discrepancia:


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