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Nociones sobre Management: La Teoría del Abandono y la Empleabilidad

Publicado el 28 junio 2013 por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22
Nociones sobre Management: La Teoría del Abandono y la Empleabilidad
Hace poco leí el libro “Pequeño tratado del abandono” de Alexandre Jollien donde se puede ver la importancia de la Teoría del Abandono. Las reflexiones de este autor, filósofo discapacitado, sobre como aprender a no rechazar la realidad y a asumirla sin resistirse me llevó a una serie de consideraciones sobre la empleabilidad. 
Con este autor queda claro que la superación de una discapacidad consiste en crecer afrontándola, y no encerrarnos en una lucha titánica de negación de la propia realidad. Hay que aceptar nuestras carencias, nuestra realidad de empleo, nuestro perfil, y nuestras capacidades para afrontar el mercado de trabajo que tenemos actualmente. El abandono emocional en nuestro imperfecto curriculum sólo nos conlleva a buscar empleo ocultando nuestras carencias. Para ser más empleable hay que “sanar” nuestras deficiencias, positivar nuestra historia y ante todo impedir abandonarnos en el destino de nuestro perfil profesional. En este sentido, habitualmente en el coaching de empleo ejercitamos una serie de habilidades personales que permiten buscar mejor el empleo
No buscar justificaciones sino realidades: Si no se sabe inglés pues no se sabe pero no me oculto en la educación, en el trabajo o en las películas que en España no eran subtituladas. Esta tendencia a dar la mejor versión de nuestro curriculum nos lleva a creernos nuestras propias mentiras. Cuantos candidatos dicen tener un “nivel medio” de inglés y qué diferencias hay entre los que lo manifiestan. Aceptar la realidad no conlleva a minusvalorar tu pasado sino a ser realista para plantear el futuro. Aquí parece que engañar en el curriculum no implica un autoengaño personal. No hay nada peor que una mentira rumiada y elaborada históricamente porque al final se convierte en un dato histórico y personal. Como dice Enrique Rojas: “la autoestima empieza por aceptarse uno a si mismo, a pesar de las limitaciones y objetivos que no se han cumplido”.
La mejor cimentación de la autoestima es la conciencia de nuestras limitaciones: Muchos candidatos en recolocación se autoengañan en su historia, o lo que es peor, se han creído poseer unas características personales de las que claramente carecen. Es habitual que te digan que son así y asao, y tu perspicacia profesional te indique lo contrario, pero no puedes debatirlo con él. Es aquí donde emergen las herramientas de feedback multidimensionales, muy útiles para determinar tu verdadero perfil. Consiste en someterse en sesiones de feedback con diversos actores profesionales y vitales de la persona, para que él mismo configure su percepción sobre él. Es muy importante hacer este ejercicio porque sitúa tu perfil en el sitio apropiado.
Todavía recuerdo aquel directivo que cuando ejercía su puesto todo el mundo le transmitía un feedback endiosado, y en el momento que fue despedido, al hacer el ejercicio, fue consciente de la distorsión de la percepción que tenía de si mismo fruto de los elogios interesados.
Nuestra historia debe ser asumida pero no debe ser justificativa de nuestro futuro: Lo importante es aprender de la anterior y no encerrarse en argumentos de porqué. Los porqués del pasado no son los únicos actores del éxito del futuro. Aquellos candidatos que edifican su actitud en una visión realista de su pasado, crecen desde la carencia y plantean sus oportunidades como inversiones personales para cambiar. Tu curriculum futuro empieza hoy con tus decisiones presentes y no me encadeno a esperar la oportunidad que justifique mi saber hacer del pasado. Muchas personas en recolocación me incitan la imagen mental que decía Nietzsche: “por todos los rincones de la tierra hay hombres que se sientan a esperar, sabiendo apenas qué es lo que esperan, y mucho menos qué están esperando en vano”. Luego, ser realista con tu pasado.
No buscar certezas sino posibilidades: Si con el pasado hay que ser realista con el presente hay que ser posibilista. No hay decisiones claras de empleo en un entorno de cambio fabril y de paradigmas en revoltoso cuestionamiento. El posibilismo implica positividad porque al fin y al cabo debo pensar en positivo para creer en una posibilidad. Los empleos, las ocupaciones, los nichos de mercado son escasos y, por tanto, debemos explorar posibilidades. A las personas que están en cambio de empleo siempre les recomiendo la técnica PEPE, que por su sencillez alguno rechaza pero que tiene una enorme base de sentido común. Cuando alguien cambia de trabajo o quiera aceptar una oferta en este momento hay cuatro criterios o preguntas que debe hacerse:
P de PERSONA ¿Cómo es tú jefe?
E de EMPRESA ¿Cómo es la empresa?
P de PROYECTO ¿Cómo es el proyecto que te está ofreciendo?
E de EMPLEO ¿Cómo es el trabajo que te ofrece?
Y es el conjunto de las cuatro preguntas la verdadera elección racional y/o emocional en la aceptación de un trabajo. No hay empleo, hay proyecto con jefe que te ilusiona en una empresa que te convence. Lo normal es que falte alguna P o E en el proyecto aquí está el elemento fundamental de cualquier decisión: el riesgo ponderado. Arriesgarse en una posibilidad de empleo siendo consciente de su carencia es una buena apuesta. Esperar el empleo cierto sin riesgo es una utopía de los años 60 del siglo pasado. Vivir la experiencia de una posibilidad produce mayor aprendizaje que la espera de la certeza en el empleo. El empleo actual se aborda desde el hacer ya que nuestro pasado tiene poco valor predictivo en un entorno diferente. Luego seamos posibilistas en nuestro presente.
No buscar comodidades sino retos: El futuro debe ser un reto o sino desenfocaremos nuestra motivación. Buscar comodidades alimenticias como empleo nos lleva a equivocarnos. El propio Enrique Rojas nos dice que el desarrollo profesional es la base más fuerte de la autoestima. No podemos ambicionar ocupaciones para comer cuando el futuro es tan incierto. Nos quedamos encerrados en nuestras propias limitaciones personales. Con los candidatos a recolocación suelo emplear las técnicas del SUEÑO DEL DESTINO, esta técnica que viene del psicoanálisis de Freud, pretende narrar tu sueño de futuro, para que las personas puedan expresar su anhelos presentes. Es bueno soñar para ponerse retos. Todo sueño implica un fuerte elemento de ilusión y actitud positiva. Los retos son apasionantes para trabajar el presente con perspectiva. Hay que ser ambicioso en el futuro para conseguir un mejor resultado de lo previsto. Pero este sueño debe ser un reto plausible y posible, y no una mera entelequia no movilizadora de futuro. Los sueños basados en sueños son harto difíciles de gestionar, pero los sueños basados en un realismo fuerte de tu pasado y una actitud posibilista sobre la realidad pueden ser muy fecundos. Como decía Aldous Huxley “¿Cabe decir algo acerca de nada?” Un sueño de empleo vacuo no tiene interés en el hacer del presente de la persona. Y como mencionaba el propio Aldous Huxley en su libro del mundo feliz y que yo utilizo cuando los candidatos quieren volver a encontrar un empleo pasado “Sesenta y dos mil cuatrocientas repeticiones de un trabajo crean una realidad ¡Idiotas!". Luego, seamos ambiciosos en nuestro futuro de empleo.
En fin, que el realismo en el pasado, el posibilismo en el presente y la ambición en el futuro son la clave para tener más empleabilidad. Y, volviendo al libro que mencionaba al inicio de Alexandre Jullien sobre el abandono psicológico, es muy fácil creer una historia inventada de nuestro curriculum, no arriesgarse en una nueva actividad y, ante todo, ser conformista con nuestro trabajo futuro. Estos tres defectos habituales en la recolocación son lo que yo llamo la teoría del abandono de la empleabilidad. Abandonemos un pasado retocado para dar una buena impresión, abandonemos buscar empleos claros y no posibilidades de empleo en este presente y, por último, abandonemos no tener ambición en nuestro desarrollo profesional. 
Y para acabar un aserto que un creador de empleos en su concepto del arte comercial que fue Andy Warhol que decía: “Siempre dicen que el tiempo cambia las cosas, pero en realidad…tienes que cambiarlas tú mismo”. Para cambiar no te abandones a tus prejuicios de empleo.
Fuente: Reskilling, la revista para la empleabilidad.
C. Marco

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