Revista Cultura y Ocio

Nortamericanas ilustres. Ben Marcus

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Nortamericanas ilustres. Ben Marcus
   

     Hay autores que me divierten endiabladamente y uno de ellos es Ben Marcus. No he leído más que un par de títulos suyos en castellano y alguno que me he permitido comprar en inglés, pero me divierte. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Norteamericanas ilustres.

     El libro comienza con el padre de Ben Marcus hablando de su hijo como improbable autor del libro. Se da el caso de que el hombre está enterrado en el patio trasero y será él quien nombre en primera instancia a las Mujeres Silenciosas instándonos además a olvidar a su hijo. Me diréis lo que queráis, pero con ese comienzo uno ya se sienta a leer. Las Mujeres Silenciosas se dedican a purificar el lenguaje utilizando métodos como meter trapos de lino en la boca, pero tienen muchas otras técnicas que Ben Marcus, el protagonista de esta novela, conoce en sus propias carnes. De hecho incluso tienen algo así como pañales. Ahí está Jane Dark, la que manda en todo esto, que pretende conseguir del niño Ben un nuevo Ben purificado y será este Ben quien relate su historia de una forma pura y aséptica: los hechos. Y al final, porque la novela también tiene un final, será la madre de Ben quien nos deje constancia de que al menos ella tiene mucho que sentir.

     Bien, con estos datos uno puede suponer que está ante una distopía tal vez abusiva para quienes la padecen en la ficción. Y sí, pero más allá de eso, lo mejor de la novela es leer al autor con sus rarezas y sus giros que oscilan entre lo endiablado y lo extraño para construir momentos divertidos y otros de absoluta perplejidad entre los que he creído ver una crítica sin tener demasiado claro cuándo o exactamente dónde. En cierto modo inclasificable uno lee la novela y se descubre hablando de ella sin darse cuenta, desde las primeras páginas, abducido por ese mundo que el autor (evito decir el nombre) nos presenta a tres bandas para dejarnos elegir la interpretación final. Y cuando eso sucede desde el principio de la novela, significa que hay algo que te conecta a ella, que te gusta. Por eso leo a Ben Marcus, por ese click. Aunque no siempre le comprenda, siempre le disfruto. Y, si algo se me escapa, ya volveré a ello.

     Norteamericanas ilustres es divertimento magníficamente escrito. Y ya está. Como si fuera poco.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.


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