Revista Creaciones

Nostalgia olímpica

Por Ripu77
Cada vez que se inauguran unos Juegos Olímpicos tengo los mismos recuerdos. Nostálgica que es una. Siempre me vienen a la mente las mismas instantáneas. Como si me viera a mí con once años de nuevo. Nítida y real.
Estábamos de vacaciones en el pueblo natal de mi abuela paterna, como tantos veranos de nuestra infancia. Espui, casi al final de la Vall Fosca. De pequeña siempre decía que ese era mi pueblo. Allí mismo descubrí el monte, el cielo azul, el frío en pleno agosto, los amigos de verdad. Ahí empezó mi historia epistolar y encontré mi primer amor. Por eso decía que era mi pueblo. Porque allí todo el gris que traía mi familia desde la ciudad se volvía verde y azul y era todo más liviano. Los días tenían luz hasta las mil, allí sí.
En el 92 estuvimos en una casa magnífica. En la cima del pueblo, todo lo divisábamos nosotros desde allí. Compartimos esas semanas con mis tíos, Gerard aún no había nacido. El día de la inauguración fuimos en busca de moras silvestres. Pasamos la tarde al sol. Ese sol montañés que quema lo invisible. Regresamos a casa con kilos de ese manjar, entre moras y frambuesas, que a mí tanto me fascinaban.
La televisión era de las típicas de casa de alquiler de vacaciones. Pequeñita, con una antena que había que ir moviendo de vez en cuando para resintonizar. Atentos a ella mientras analizábamos la recolección. Selección, lavado, hervor. Hicimos mermelada de moras. Emocionados ante el televisor al ver desfilar a los nuestros, mientras teníamos nuestros tarros al baño maría. Nunca habíamos hecho tanta mermelada como ese día. Hace un tiempo os puse la receta y os la recuerdo, por si os apetece y os entra el gusanillo. Nostalgia olímpicaPara mí los Juegos Olímpicos siguen siendo ese recuerdo. Edición tras edición, vienen a mi mente mi tía Anna y mi madre junto a nosotros dos. Viviendo los que eran los mejores juegos de la historia, por ser en casa, mientras preparábamos mermelada tras nuestra tarde de captura. Ese es mi recuerdo, la felicidad de que se hicieran las tantas en ese comedor, con las manos tintadas de mora sobre el hule de flores. Escuchando con la piel de gallina el Barcelona, sin dejar nuestra labor.
Han cambiado tantas cosas desde esos juegos… Sería complejo explicar todo. Qué ha pasado con los que estábamos en esa casa esa noche. Pero siempre los recuerdo. Y cada inauguración vienen a mí esas imágenes. A veces, incluso pienso que son recuerdos ficticios y suelo pedirle a mi hermano que los recupere conmigo. Este ha sido un año más. Y sí, fue así. Vivimos los juegos del 92 haciendo mermelada de moras. Por eso, esta vez Xavi lo ha dibujado, para que no se nos olvide que fue real. Aunque uno recuerde el mantel de flores y el otro de cuadros…
¿Y vosotros? ¿Recordáis qué hacíais ese día del 92?

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