Novias reales, Casamiento de Kitty y Facu

Somos un grupo de ocho amigas de entre 23 y 24 años, el 15 de febrero de 2013 en el cumpleaños de Kitty (una de las ocho), el novio le dio su regalo adelante de todo el mundo. Era una caja grande donde tenía diferentes regalos en cajitas de distinto tamaño, la cajita más chiquita tenía lo que nos teníamos… ¡¡ UN ANILLO DE COMPROMISO!! . Todas sentimos una emoción increíble, ¡se nos estaba por casar nuestra primera amiga! Se casarían el 21 de Diciembre de 2013.

Desde el día siguiente al anuncio hasta el día del casamiento (y unos días mas también) mantuvimos un grupo de “Whats app” secreto, para organizar todo lo que se refería al casamiento. Ahí fue cuando surgió la idea de vestirnos todas de la misma forma. La verdad es que no fue fácil decidirnos… que “a mí el vestido largo me queda mal”, “un estampado es difícil ponerse de acuerdo”, “ese género no me gusta”, “ese color no me favorece” y muchas discusiones más que son típicas de mujeres. Hasta que llegamos a una conclusión: Hacernos el vestido que cada una quisiera, pero todas de un mismo color, CORAL.

El desafío era que la novia no se enterara, que fuera una sorpresa el que nos vea a todas igual el día de su casamiento; por supuesto que todas tuvimos que mentirle, bastante nerviosas, cuando nos preguntaba: “¿Que te vas a poner?” y obviamente que muchas veces metimos la pata en el grupo que la novia SI estaba, pero gracias a Dios es bastante despistada y no entendía, o estaba con tantas cosas que ni leía.

Nos hicimos todas expertas en los colores del tono: rosita, salmón, coral tirando al rojo, coral tirando al naranja, etc. Recorrimos unas mil veces once para conseguir el CORAL que tanto queríamos.

Ya era el día del casamiento y nunca habíamos visto como quedaban todos los vestidos juntos, si habíamos coincidido con el tono, ni nada… pero la suerte ya estaba echada. Nos peinamos y pintamos, nos vestimos y emprendimos viaje para el hotel de la novia.

Todo el esfuerzo que llevó el estar todas de un mismo color valió absolutamente la pena cuando acercándonos a ella antes de dar el esperado “SÍ”, empezó a darse cuenta que estábamos todas iguales, su carita se transformaba y entro en llanto de la emoción antes de entrar a la iglesia (por supuesto que unas cuantas la acompañamos con el llanto).No lo podía creer, y estaba feliz!

Inolvidable el casamiento de nuestra amiga del alma, espectacular poder sorprenderla y muy práctico estar todas iguales en la fiesta, porque si perdías a alguna, la encontrabas en un minuto.

Gracias a Mer Galperin por la buena onda!