Revista Cultura y Ocio

'Nowhere boy' de Sam Taylor-Wood

Publicado el 08 junio 2011 por Carol

No cuento nada nuevo si digo que los Beatles se encuentran en mi santísima trinidad de grupos favoritos (Beatles - Led Zeppelin - Cream), así que Nowhere boy, la película dirigida por Sam Taylor-Wood en la que se retrata a John Lennon en su juventud y sus primeros pasos con los Beatles era algo casi obligado para mi. Sin embargo, parece que con cuantas más ganas vas a por algo, mayor es la decepción. No es que no me haya gustado la peli, la recomiendo sin duda, lo que sucede es que con los Beatles tiene poco que ver, así que si no sois demasiado fans de los cuatro de Liverpool (que sé que por ahí hay unos cuantos que no lo son) podéis verla tranquilamente. Nowhere boy podría ser la historia de cualquier chico inglés a mediados de los años 50, lo que la película nos cuenta es la historia de un chico de Liverpool, el rebelde John, a quien ha criado su tía Mimi. No conocerá a su madre Julia hasta que no es un adolescente, e intentará recuperar el tiempo perdido pasando horas con ella. Julia será quien le inculque el amor por la música y por Elvis Prestley, y quien le enseñe a tocar la guitarra. Sin embargo, su tía Mimi y su madre se encuentran enfrentadas, después de que esta abandonase a su marido, dejase a John con sus tíos y formara una nueva familia. Julia tiene que enfrentarse a los prejuicios de la época, a ser diferente, y a no estar preparada para ser responsable de este hijo del que había perdido el contacto durante todos esos años. Julia marcará tanto a John Lennon que, años después, le dedicaría una preciosa canción a su madre ya desaparecida.

La pega que le veo a todo esto es que los Beatles como grupo aparecen solo al final de la peli, y ni siquiera, porque aún no se había juntado la formación original y falta el batería Ringo Starr, la historia termina cuando John Lennon, Paul McCartney y George Harrison se marchan a Hamburgo a dar una serie de conciertos que significarían el comienzo de su fulgurante carrera, vamos, que el film termina por donde debería empezar. Lo sé, la película habla de John Lennon, no de los Beatles, pero en ese caso quizá hubiese sido más interesante mostrar más etapas de la vida del beatle, y no solo una parte de su adolescencia. Además, en la película se empeñan absurdamente en no decir ni una sola vez el nombre de los Beatles, ni el de McCartney o Harrison, que son simplemente Paul y George, como queriendo jugar al despiste. Un despiste que hubiese quedado absolutamente genial si se hubiese hecho al cien por cien, y no llamando a John todo el rato John Lennon no vaya a ser que a alguien se le escape que estamos hablando de él.

Como película británica que habla de la adolescencia, de los sueños realizados y de los rotos, y del proceso de crecimiento, me parece una gran película. La época, mediados de los años cincuenta, está perfectamente ambientada, y los actores están absolutamente geniales. Empezando por la siempre magnífica Kristin Scott Thomas en el papel de la arisca y severa tía Mimi, siguiendo por la encantadora y alocada Anne-Marie Duff en la piel de Julia, y por supuesto, Aaron Johnson como John Lennon que, aunque físicamente no se parecen en lo más mínimo y el beatle ha ganado en físico, se mete bastante bien en la piel del músico. El más flojo de todos es sin duda el enclenque Thomas Brodie Sangster en la piel de Paul McCartney, por no hablar de San Bell como Harrison, quien creo que ni siquiera tiene unas líneas.

La película es entretenida, si os gusta el cine británico os encantará, pero aún está por hacer una buena película sobre toda la trayectoria de los beatles, cómo se gestó el grupo, sus años de éxito y su abrupto final. Para mi gusto es la mejor banda de rock que ha habido nunca: tocaron rock clásico, versionaron a los maestros del blues americano, jugaron con la psicodelia, introdujeron el sitar y la música hindú en la música de masas occidental, crearon el mayor fenómeno fan que se ha conocido en la historia cuando aún no existía el fenómeno fan, hicieron canciones lentas y otras rabiosamente rockeras, su música fue comercial pero también innovadora y experimental. No existe solo un The Beatles, son muchos The Beatles dentro de un mismo grupo que supo evolucionar, cambiar, experimentar, no dejarse llevar por el éxito sin más. A los que decís que no os gustan los Beatles, no os quedéis solo con Money o Help (geniales, de todos modos), escuchad el increíble White album, Revolver o Rubber Soul y veréis como The Beatles no es solo un grupo de guateques como cree mucha gente. 

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