Nuestra paisana Laura Villalón emprende viaje al Sahara

Un total de 122 alumnos de la Facultad de Educación partieron ayer hacia los campamentos de refugiados de Tinduf, al oeste de Argelia.Cuando su familia esté leyendo este reportaje, ella ya habrá empezado a hacer realidad su sueño. «Llevo años pensando en ir al Sáhara», confesaba ayer Raquel Torres. No en vano, esta joven de Málaga no dudada en asegurar que eligió la Facultad de Educación de Ciudad Real para cursar sus estudios por un programa de prácticas que, desde el año 2002, ha formado a cerca de un millar de maestros de la mano de la Diputación Provincial. «Seguramente aprendamos más nosotros de ellos que ellos de nosotros», exponía convencida de una «experiencia muy enriquecedora» momentos antes de partir hacia los campamentos de refugiados de Tinduf, situados al oeste del territorio argelino.
 Raquel -que estudia cuarto de Educación Primaria- compartirá jaima en el corazón del desierto con Pilar Ruiz, Aída Tortosa y Laura Villalón. La primera cumplirá allí 22 años y, en sus propias palabras, espera «empaparse» de una cultura vitalista, condicionada por una historia de pelea por la supervivencia desde 1975. «Vamos a volvernos locas», expresaba ayer con una amplía sonrisa Aída, más que preparada para un viaje de doce horas con destino a la wilaya del Aaiún. En sus escuelas, denominadas madrazas, impartirán hasta el próximo 3 de marzo clases de español, repartirán material didáctico y recibirán mucho cariño.
La mejor lección. «No me he ido y ya quiero volverme a ir porque, sin tener nada, nos lo van a dar todo», admitía ayer Laura Villalón, natural de Almadén. Ya se quiso ir el año pasado, pero no pudo ser. Así que ha tenido que esperar a éste para formar parte, junto a otros 121 compañeros, de la mejor de las lecciones: la humana. Desnuda de medios que le auxilien, pondrá en práctica todo lo aprendido hasta ahora en la Facultad de Educación y en el colegio Pío XII.
 Además, según avanzaba, en esta edición, con motivo del Año Internacional de la Luz, tienen previsto algún que otro juego de luces y sombras con ayuda de espejos y linternas, entre otros objetos. Actividades con las que explicarán a los pequeños saharauis fenómenos como la refracción, la reflexión y la dispersión. «Creo que la Educación es un pilar fundamental y que son muchos los valores e ideas que nos podemos traer», afirmaba una joven con muchas ganas de «desconectar». «No me llevo ni el teléfono», según apostillaba.
 Para Beatriz Cabañas, uno de los 16 coordinadores de este viaje, «la experiencia es maravillosa». Tanto que repite por segundo año consecutivo. «Desde que regresé sólo he pensado en volver de nuevo», manifestaba incidiendo en «una apuesta personal». «Te dan una lección de humildad. Aprendes que no necesitas apenas nada para poder vivir», señalaba a La Tribuna una joven que, tras acabar Educación Infantil, se ha puesto con la doble titulación para graduarse también en Primaria. Su familia allí es su familia aquí. Tanto es así que el pasado verano se apuntó al programa 'Vacaciones en paz' y acogió a una pequeña que este año volverá de nuevo al corazón de La Mancha. «Este año me traeré a Raja y a otra niña que se llama Mayuba», indicaba.
 Rubén Abellán, otro de los coordinadores de la expedición manchega, también lleva varios años acogiendo a un pequeño saharaui. «Éste es el quinto año que voy al Sáhara, porque desde el primer día te hacen sentir como uno de ellos», según destacaba. Por ello, con el fin de devolver un poco de lo que él recibe, llegado cada periodo estival ha abierto sus brazos a Said. «Este año me traeré a su hermana Safia», afirmaba rodeado de bultos. «Volvemos con las maletas vacías», concluía.
Fuente: latribunadeciudadreal.es/Raquel Santamaria
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