Hace pocos meses que nos hemos mudado a Luxemburgo (bueno, yo todavía no definitivamente, pero eso es otra historia), así que este verano decidimos hacer una ruta por Francia en coche de vuelta a nuestro nuevo hogar.
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Salimos desde Asturias, nuestro último lugar de vacaciones y la idea era llegar a Luxemburgo pasando por la costa azul francesa. Sin embargo, la vida es lo que pasa mientras haces otros planes, y una avería en uno de los coches en los que viajábamos nos obligó a modificar la ruta. Ya volveremos a hacer una ruta por la costa azul en otra ocasión 
Nuestra ruta por Francia
Finalmente, así quedó el itinerario de nuestra ruta por Francia:
1. Biarritz
Biarritz fue la primera parada en nuestra ruta por Francia tras pasar la frontera con España. Lo elegimos por su ubicación, ya que nos venía bien parar ahí, y por su cercanía a la costa.
Llegamos a la hora de comer y buscamos sitio en una de las terrazas del “centro”. Nos costó un poco al ser pleno domingo de agosto y ser 8 personas. También íbamos con horario español. Esto hay que tenerlo en cuenta, porque muchos restaurantes cierran a las 14:30.
Después dimos un paseo por la playa, que estaba abarrotada. Está junto al famoso Casino de Biarritz de estilo art decó. Más tarde, cambiamos nuestro rumbo hacia la Rocher de la Vierge, pasando por la cripta Sainte Eugénie. De vuelta al parking, paseamos por la rue Mazagran, que cuenta con muchas tiendas y restaurantes interesantes.
Hicimos noche en una casa rural en un pueblecito llamado Saint-Sulpice-sur-Lèze, que nos situaba cerca de nuestro siguiente destino.
2. Toulouse
Como decía, dormimos cerca de nuestro siguiente destino en la ruta por Francia; Toulouse, la cuarta ciudad francesa que es conocida como La Ville Rose (“la Ciudad Rosa”) por los ladrillos de terracota con los que se construyeron muchos de sus edificios.
Llegamos por la mañana y aparcamos lo más cerca posible del centro, y desde allí nos dirigimos a nuestra visita principal: la Basílica de Saint Sernin, el edificio románico más grande de Francia, que además es un punto relevante en el Camino de Santiago.
Por el camino pasamos por la Place du Capitole (donde comimos a la vuelta), y por la rue du Taur, la calle donde cuenta la tradición que tuvo lugar el martirio de Saint Sernin.
La Basílica tiene la mayor parte de acceso libre y podrás recorrerla y admirar la gran cantidad de reliquias que alberga.
Al dejar Toulouse, nos alojamos en Toulon para lo que iban a ser unos días por la costa azul, que por el incidente del coche finalmente solo pudo ser un día en Saint Tropez.
3. Saint Tropez
Tras la avería de uno de los coches en los que viajábamos, alquilamos otro coche y pudimos salvar un día para visitar Saint Tropez.
Seguramente te suene este pueblecito pesquero debido a popularidad que alcanzó entre la jet set internacional en la década de 1960, y que continúa siendo famosa por sus playas y vida nocturna.
Nosotros llegamos a media mañana y nos dimos un paseo por el puerto deportivo, que nos impresionó por la cantidad de yates que había, además de gente y tiendas de lujo.
Después nos adentramos en el propio pueblo, comimos en un pequeño restaurante y paseamos por calles tan bonitas como estas:
Por la tarde subimos hasta la Ciudadela, donde hay un museo marítimo – que no vimos, pero sí rodeamos-, y contemplamos las vistas 360º del mar, de la playa y del propio pueblo de Saint Tropez.
Como comentaba, entre nuestros planes estaba visitar otros puntos de la costa azul como Cannes, Niza, Antibes o Mentón. Pero ya volveremos :).
4. Aix en Provence
Una vez terminada la fase de la costa azul, continuamos nosotros en solitario hacia el norte, rumbo a Luxemburgo.
Queríamos hacer noche en Annecy, que suponía un poco de desvío pero nos apetecía mucho visitarlo. Entonces, la mañana del 4º día salimos desde Toulon rumbo a Annecy, con parada en Aix en Provence, la ciudad universitaria donde nació Paul Cézanne.
Nuestra visita a Aix en Provence consistió en una parada a comer, una visita a su curiosa catedral de Saint-Sauveur (en la que conviven un templo romano, una parte románica y otra de estilo gótico) y a un paseo por el centro, entre sus pintorescas calles y tiendas de souvenirs de jabones y lavanda.
Pasadas unas horas, nos pusimos rumbo a nuestro último destino, Annecy, donde llegamos por la noche y visitamos al día siguiente.
5. Annecy
Este precioso pueblo al que llaman la “Venecia de los Alpes” fue la última parada en nuestra ruta por Francia y las expectativas fueron superadas con creces a pesar de la lluvia.
Llegamos temprano a la parte vieja de la ciudad, donde a pesar de la lluvia, pasemos entre sus calles adoquinadas, canales y casas de colores pastel.
La ciudad se sitúa en la convergencia entre el lago Annecy (por cuya orilla paseamos y se puede navegar) y el río Thiou, sobre el que está el Palais de l’Îlle, ahora museo de arte e historia.
Sobre la ciudad, está el castillo medieval de Annecy, antiguo hogar de los Condes de Ginebra, que contiene un museo con artefactos regionales y arte religioso, junto con una exposición de historia natural. Aunque no entramos, desde arriba pudimos contemplar las vistas de los tejados de la ciudad.
Tras esta última visita, emprendimos nuestro último trayecto en coche hasta Luxemburgo, desde donde escribo este post.
Y hasta aquí nuestra ruta por Francia. Si quieres leer más sobre viajes, haz click aquí.
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