Nueva boda real en Boda 2.0, esta vez también con ciertos tintes internacionales, y es que nuestra pareja de hoy vive en Suiza, se conocieron en Madrid y comparten un amor total por México. Hace ya unos cuantos años Soraya y Jeremie se conocieron gracias a una amiga común, compañera de piso de él y amiga del máster de ella.
Tiempo después, y tras vivir cierto tiempo a distancia (con todo el trasiego de aeropuertos y maletas que ello conlleva), Soraya dio el salto y decidió cambiar su Madrid querido por la preciosa Suiza. Según cuenta la novia, no hubo una pedida como tal sino que lo decidieron 'una tarde tranquila con una botella de vino' (a pesar de todo, el novio ya tenía un anillo 'fichado' para ella).
Y así, pusieron fecha para su gran día: el 14 de mayo de 2016 sería el gran 'Si, quiero' en Madrid (no podía ser de otra manera). El lugar elegido: el Hotel ME, cuya (impresionante) terraza sería testigo de una ceremonia emotiva y divertida, con la suerte de que un concejal los casara in situ.
El cóctel tuvo lugar en la misma terraza, y el tiempo se portó con ellos, porque esa semana fue una de las más lluviosas en Madrid en mucho tiempo. Todo ello con un mariachi, que hacía referencia al tiempo que Jeremie vivió en México y a los amigos comunes que se encontraban en la celebración (entre ellos, esa 'celestina' que les presentó).
Su boda fue muy personal. Se ocuparon de preparar detalles para todos sus invitados, y metieron en probetas las mejores especias para un buen gin tonic o chocolate suizo en polvo. Su candy bar también era muy casero y personalizado, gracias al hermano de la novia (y cierto cambiador antiguo), y estaba lleno de dulces madrileños: rosquillas tontas y listas, caramelos de violeta, garrapiñadas... y un botijo pintado por una amiga de la universidad con sus nombres y dos figuritas muy castizas: una pareja de chulapos.
La cena, en los salones del hotel, contó con unos meseros muy originales: cada mesa contaba con una foto de unos novios de Playmobil con un queso suizo. Y Suiza también estaba presente en el photocall, con un fondo de los alpes y complementos de esquí (y de chulapos, ¡que para eso era San Isidro!).
Jeremie abrió el baile con 'Bulería' de Bisbal, para luego marcarse una coreografía juntos muy divertida con 'It's not unsual' de Tom Jones.
En definitiva, sólo hay que ver las fotos para saber que fue una boda divertida... ¡y llena de emoción!
La novia se eligió el modelo Ralea de La Sposa 2016 y los zapatos modelo Patricia de Menbur. El maquillaje corrió a cargo de Paula Cavelli y la peluquería contó con el trabajo de Esther García de Peluqueros Val Souza. El novio se decantó por un traje gris antracita de Hugo Boss y corbata de Pertegaz.
Las fantásticas fotos que véis son de Da Silva y Ruiz.
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