Revista Opinión

Nuestras capitales: Vertederos para el dinero sucio

Publicado el 09 julio 2014 por Liberal

El pasado 19 de marzo, día de “la Pepa” en España, los liberales tuvimos poco que celebrar. Ese mismo día, “El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha confirmado el cierre de la venta al empresario chino Wang Jianli del Edificio España, uno de los rascacielos más emblemáticos de la ciudad, propiedad del Banco Santander y que lleva años en desuso”. Cito de aquí.

Por un lado, no nos debe extrañar que uno de los gobiernos más corruptos de España, el Partido Popular madrileño (y últimamente andan tan mal en esto de ser honestos que hasta los socialistas andaluces parecen a los puritanos de la Ginebra de Calvino al lado del PP Madrid) no informe a los ciudadanos sobre quién es el corrupto Wang Jianli. Nadie habla sobre sus sórdidas relaciones con funcionarios chinos de los más altos niveles ni sobre cómo se enriqueció — a través de la corrupción estatal y sus conexiones.

Pero esta vez, no podemos decir que esto es solo un “problema español”. Al contrario, si algo caracteriza a las capitales occidentales cada vez más es que nos hemos convertido en vertederos de capital, de capital con una procedencia más que dudosa. Dudosa no, directamente, criminal. Desde hace unos años, se ha hecho cada vez mas evidente que poderosos multbillonarios árabes, rusos, chinos y algunos latinoamericanos han estado comprando pisos y edificios a mansalva, en capitales occidentales.

En Nueva York y Miami, está pasando lo mismo que en Madrid y Londres. Un secreto sórdido y a voces: la compraventa de viviendas de lujo es uno de los factores principales detrás de la llegada de todo tipo de políticos corruptos asiáticos, renegados que no pagan impuestos y blanqueo de dinero en todo el planeta.

Desde el 2008, un 30% (a veces más) de las ventas de pisos en distritos “ricos” de Manhattan ha sido a compradores con código postal asiático, ruso o latino. O, incluso, a veces compran en el nombre de una empresa. Según los señores que están investigando este escandalazo y fenómeno grotesco, Nueva York, Londres y Madrid se encuentran entre las ciudades que se han convertido en un imán para el dinero sucio.

A pesar de que este fenómeno en nada beneficia a los trabajadores ni a los ciudadanos en general, los politicastros y otros indeseables (principalmente agencias inmobiliarias con clientela mafiosa) no paran de aplaudir esta llegada de dinero sucio extranjero. Esto, en menor medida ya lo vimos con el descarado aplauso del PP a los terribles planes del empresario corrupto judeo-estadounidense, Sheldon Adelson. Lo de “judio” lo menciono porque Adelson mismo se enorgullece de ser llamado así.

Si esta ética de “dádme vuestros ricos” se mezcla con políticas que dan todo tipo de ventajas fiscales a los que compran vivienda de lujo (esto es especialmente, grotescamente evidente en la ciudad de Londres), los resultados no deben sorprender a nadie: se están gestando “élites” que compran vivienda de lujo con dinero de dudosa procedencia, todo mientras reciben todo tipo de ventajas y beneficios fiscales por esas “inversiones”. Estos corruptos compran en ciudades que les aporte un “nivel” social aceptable. Por eso ninguno está comprando casas en Extremadura, o Irlanda o Kansas, sino en Nueva York, Miami, París, Londres y Madrid.

Muchas veces, es imposible que las autoridades puedan detectar el origen directo del dinero ilícito. La oficina de las drogas y la delincuencia en las Naciones Unidas calcula que ni siquiera el 1% de ese dinero ilítico es identificado o interceptado.

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Las autoridades de nuestros países no ponen muchos impedimentos para los extranjeros que quieran blanquear el dinero con la compra de vivienda. Los agentes inmobiliarios no tienen que averiguar la identidad verdadera de los compradores.

Por supuesto, en el caso de Nueva York, el blanqueo del dinero y la vivienda no es nada nuevo. Durante el siglo XX, la mafia italiana blanqueaba el dinero procedente del juego en los casinos comprando propiedades, si bien es verdad que no compraban en zonas de lujo.

Hace un par de años, un edificio en la Quinta Avenida fue embargado por un juez debido a que se descubrió que los dueños estaban violando el Derecho Internacional al usar el dineroo de los alquileres para financiar el gobierno iraní.

Otros fiscales federales en Manhattan han alegado que parte del dinero robado del tesoro ruso en el famoso asunto Magnitsky se usó para comprar edificios de lujo en NY. Uno de esos edificios comprados pertenecía al imperio de JP Morgan en el pasado.

Las autoridades federales están intentado también embargar esos edificios comprados con dinero sucio.

Todo este flujo masivo de dinero sucio procedente de países con gobiernos más que cuestionables ayudan a los delincuentes internacionales a la hora de evadir impuestos, blanquear el dinero y, por supuesto, privar a sus compatriotas de servicios sociales que faltan porque no hay mucho dinero recaudado en impuestos. Por otro lado, también afecta de forma terrible a los pobres de nuestras ciudades porque se disparan los valores de la propiedad y la vivienda se hace más inaccesible para muchas personas. En Madrid, en Londres, en Nueva York, en Miami…, todas estas ciudades han visto un aumento de las personas sin techo.

No hay ni regulaciones, ni ningún interés (especialmente por los legisladores y las empresas inmobiliarias) en averiguar la procedencia del dinero de sus clientes “importantes”.

Mientras tanto, nosotros seguiremos siendo testigos de muchos más Wang Jianlis comprando nuestro patrimonio, inflando así el precio de la vivienda mientras reciben todo tipo de invitaciones y beneficios fiscales por parte de los políticos. Esto será especialmente notable en España, con un gobierno que ya no solo humilla a todo el país poniendo el culo para el que más pague (venga de donde venga su dinero), sino que ya ni siquiera se prostituye. Ahora se dedica al masoquismo puro: “viólame, viólame, es gratis”. Ese es el lema (en la práctica), del gobierno español y otros gobiernos en Occidente. Y a los demás, bueno, ya sabemos lo que dijo la hija de Fabra en España — “que se jodan”.


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