– Marina Muñoz Cervera –
La inocuidad de los alimentos indica que están libres de la posibilidad de transmitirnos enfermedades.
A simple vista, no siempre podemos detectar si un alimento está libre de gérmenes (virus, bacterias, hongos, parásitos, químicos, etc.), tampoco una lupa de aumentos puede ayudarnos. Pero si podemos adoptar medidas que impidan que nuestros alimentos se contaminen, y conocer algunos importantes aspectos a tener en cuenta cuando compramos nuestra comida.
Por tanto, para garantizar la inocuidad de los alimentos que vamos a comer, debemos cuidar este aspecto en dos ámbitos:
– En los lugares donde compramos la comida.
– En nuestro hogar.
Por su importancia, profundizaremos en estos apartados en sucesivas entradas.
¿Qué relación existe entre inocuidad y nutrición?
Inocuidad y nutrición son dos términos que deben ir de la mano, para nutrirnos nuestros alimentos deben ser inocuos.
Un alimento contaminado, no solo contiene menos nutrientes, además es causa de enfermedades, que en algunos casos conducen a desnutrición.
Los gérmenes contaminan nuestros alimentos para obtener nutrientes que permitan su supervivencia. Las bacterias, hongos y parásitos se alimentan, se reproducen y aumentan su población gracias a los mismos nutrientes que están destinados a nuestra nutrición.
Los virus utilizan los alimentos y el agua que bebemos, como un vehículo para llegar a nuestro organismo, lugar donde encuentran todo lo necesario para multiplicarse y aumentar su progenie.
Si conocemos las vías a través de las cuales se propagan los gérmenes, así como los contaminantes químicos más comunes, podremos prevenir la adquisición de alimentos en mal estado, que sin deterioro aparente, están contaminados.
¿Cómo los gérmenes contaminan los alimentos?
Los microorganismos pueden llegar a los alimentos desde distintos lugares, tanto durante su cultivo, manejo, almacenamiento, transporte, venta y momento de servirlos, y a través de los siguientes medios:
– A través del agua y la tierra donde se cultivan.
– A través de las manos sucias.
– A través de moscas, insectos y todo tipo de roedores.
– Por contaminación cruzada, cuando alimentos limpios se ponen en contacto con otros contaminados o con superficies sucias o mal desinfectadas.
Podemos prevenir.
La enfermedad es la consecuencia directa de comer alimentos que no son inocuos. En algunas ocasiones, nos pueden producir diarreas, vómitos, dolor de estómago, calambres, etc., pero en otras, las consecuencias pueden mucho más graves.
Los alimentos deben mantenerse limpios durante su crecimiento, cosecha, cultivo, transporte, procesamiento, almacenamiento, venta y finalmente, durante su preparación en nuestras casas, así como en el momento de servirlos.
En la tienda:
Los establecimientos de venta deben estar sujetos a las legislaciones vigentes, en materia de seguridad e inocuidad de los alimentos.
No obstante, nosotros, como compradores, deberíamos adquirir nuestros alimentos en lugares de confianza y que tengan buenas condiciones estructurales y de limpieza.
También es importante fijarse en la higiene de las personas que venden los alimentos. Sus ropas y manos deben estar limpias.
En los hogares:
Desde que compramos un alimento hasta que lo consumimos, median una serie de procesos durante los cuales, aquellos alimentos que hemos comprado con cuidado, pueden también contaminarse.
Utilizando Las llaves para la inocuidad de los alimentos. podemos minimizar riesgos.
Esta entrada descriptiva es una introducción de la lección 8 (tema 3) del curso de la FAO Alimentarnos bien para estar sanos, que estamos incluyendo dentro de la categoría Lecciones de alimentación sana de este blog.
Entradas relacionadas:
Inocuidad de los alimentos
Fuente:
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Alimentarse bien para estar sanos”. Depósito de documentos de la FAO. Roma, 2013. ISBN 978-92-5-107610-1.
Imagen:
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