Lo que más detesto es cumplir años,
darme cuenta de que me hago mayor.
Toca repasar del tiempo los daños
para sentir como se extiende el tumor.
Era sociable y me hice huraño,
vivía con gusto, ahora con dolor.
El destino conmigo fue tacaño,
me dio soledad y le pedía amor.
Por otro lado, pienso, sigo vivo:
hay tantos amigos que ya omito
por accidente, enfermedad o vicio.
Ya no me quejo, de nada me privo,
poco tengo y menos necesito
y cada día despierto en el inicio.
Rodolfo Franco