La situación política y social que vivimos es tan apasionante como novedosa. Creo que estamos en un momento histórico por inédito en nuestra democracia y en nuestra propia concepción de la vida.
La comunicación política en este contexto se ha convertido en la protagonista, en una sociedad que asistimos entre expectantes y preocupados a los debates políticos, a las estrategias de los partidos en su afán de ganar simpatías y como a los tan deseados pactos que ya nadie se atreve ni a pronosticar, ni tan siquiera a aventurar.
La última campaña electoral ha supuesto un salto cualitativo en las relaciones entre políticos, entre políticos y opinión pública y entre la propia sociedad. Los debates electorales, las argucias de los responsables de las campañas de los candidatos han hecho de la comunicación política un arma de marketing electoral preocupados más por vender a los políticos como marcas que programas electorales.
La inmersión de los medios de comunicación y la tecnología en el debate político ha llegado a plantear si se gana más votos con un buen programa electoral o metiendo menos la pata en los diferentes medios.
Existen antecedentes de la comunicación política. No es nuevo. Los famosos debates entre Nixon y Kennedy, llegaron al punto que el propio Nixon reconoció que se había esmerado más en el mensaje, en el qué decir, que en el cómo. Las campañas americanas de los 60 supusieron un nuevo tipo de contienda electoral por la inmersión de un nuevo medio: la televisión. Esto se exportó a todos los países y España con los debates Aznar-González inauguró también un nuevo modelo de comunicación política que, en esta última campaña se ha desarrollado más y mejor.
Todavía está por ver la influencia de las redes sociales en el resultado electoral pero lo que es obvio es que su presencia será cada vez más decisiva.
Comunicación y política son cosustanciales, la tecnología cada vez más protagonista. Las redes empiezan a cambiar el discurso electoral y plantean nuevos retos a los profesionales de la información.
El liderazgo político se juega en los medios y la relación entre este y la visibilidad en los medios puede hacer incluso cambiar su naturaleza.
¿Imponen los medios de comunicación el escenario? ¿Sitúa la televisión y las redes al líder en el centro de la comunicación política? ¿La política es invisible sin la visibilidad que proporcionan los medios de comunicación? ¿Cuál es el papel del marketing político en la creación del líder político perfecto? ¿Han supuesto los medios de comunicación la frivolización del lo político?
Preguntas para el debate. Preguntas para la reflexión. Preguntas, en definitiva, para plantearse, una vez más, la importancia de los medios de comunicación en la formación de una sociedad deseosa de que los nuevos tiempos mejoren su estado del bienestar y sobre todo, conciencien a los políticos de que si lo son es porque están para servir y no para servirse.
Foto: FreeDigitalPhotos/Stuart Miles
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