Nuevos retrasos en los pagos en Tussam

No existen las varitas mágicas, ni siquiera en los cuentos. Al Alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, le está costando cumplir su palabra dada de que cuando alcanzara la alcaldía se acabarían los retrasos en los pagos de las nóminas de Tussam. Cada vez más, tanto que corre el serio peligro de convertirse en un molesto grano en el culo.

A día de hoy, todavía no se ha hecho efectivo el ingreso de las cantidades que integran el acuerdo firmado con las cuatro centrales sindicales con representación en la empresa el pasado 15 de septiembre. Sólo se ha cumplido de aquel consenso lo que no conlleva aportación económica alguna. Y ya hace más de dos meses que se alcanzó.

Hoy se ha sabido que el anticipo que buena parte de la plantilla cobra el día 22 de cada mes tampoco se va a poder abonar en fecha. Los problemas a la hora de conseguir el crédito de 11 millones de euros que permita finalizar el presente ejercicio continúan y todavía no hay nada concreto. De retrasarse más, peligrará también el cobro de la nómina del mes en curso, como ya ocurriera con la mensualidad anterior. Y el mes próximo es mes de paga extra.

La dirección de la empresa asegura que todas las perspectivas son positivas, pero no se concretan y, lo que es peor, no son capaces de asegurar cuándo se podría concretar. Tussam está hoy más que nunca en manos de las entidades financieras y las casi 1.500 familias cuya subsistencia depende de la compañía de transportes también. Triste horizonte dadas las fechas que se avecinan.

Los sindicatos firmantes del acuerdo están a la espera de tener una reunión con el Alcalde a lo largo de esta misma semana en la que despejar dudas. Si la cosa sigue así, sin que el pago se produzca, se reunirán este mismo viernes para discutir las acciones a tomar y no descartan movilizaciones. A pesar de las continuas muestras de paciencia, el aguante tiene un límite.

Los empleados no entienden por qué los retrasos en los pagos sólo se producen en la empresa de autobuses y en ninguna otra compañía municipal. El problema, según los sindicatos y la dirección, radica en que en el presupuesto de este año faltan esos 11 millones de euros que el equipo anterior desvió para otras partidas que nada tenían que ver con Tussam. Está cojo. Y ahora hay que sacarlo de donde sea.

Mientras tanto, las reuniones entre la dirección de la empresa y la representación sindical para poner en marcha un plan de viabilidad, que transcurrían por muy buenos cauces, se encuentran bloqueadas hasta que el problema de los cobros se solucione de una vez. Lo han decidido así los sindicatos, ante las continuas quejas de los integrantes de la plantilla.

Son las cosas de la política, estúpido. Mientras unos listos se dedicaban a hacer juegos malabares con los dineros públicos para satisfacer la insaciable sed de sus egos personales, miles de trabajadores y sus familias se ven obligados a hacer filigranas para poder atender a los pagos contraídos. Los cuantiosos gastos que ello conlleva, por supuesto, van corriendo por parte del mas débil. Que sus majestades no están para estas minucias de asuntos.