Numbers, de Rachel Ward

Booket | Noviembre de 2011
Numbers #1 | 361pp
Desde pequeña, cuando Jem mira a alguien a los ojos, puede ver unos números: la fecha en que esa persona morirá. Para muchos esto sería un regalo, pero ella lo considera una carga. Este don la convierte en una joven especial y solitaria, hasta que conoce a Spider y su vida cambia por completo. Paseando un día por Londres con su amigo, Jem presiente que algo malo va a suceder. Esto desencadenará la huida de los dos jóvenes, no sólo de la justicia, sino también de sí mismos y de su propio destino. Ambos se convertirán en fugitivos y dejarán atrás la inocencia, al mismo tiempo que descubrirán que lo verdaderamente importante no es el final del viaje.

Lo confieso: repetí curso. No una, sino varias veces. ¿Qué queréis que os diga? Odiaba todas las materias de índole científica y se me daba fatal obedecer las órdenes de mis profesoras (todas ellas monjas de espíritu). Los números siempre han sido un verdadero rompecabezas para mí. A mí dadme letras, que mi cuerpo está formado por ellas. Pero los números que tuvimos que estudiar en el instituto no pueden compararse con los que Rachel Ward ha usado para crear la trama de “Numbers”, porque si hubiera sido así, yo, desde luego, habría salido con matrícula de honor.


Jem es una chica que no ha tenido una vida nada fácil: su madre murió hace años debido a sus peligrosos excesos y eso se tradujo en una vida rolando casa de acogida por casa de acogida, sin descubrir qué es el amor o la confianza. Es por eso que Jem detesta crear lazos con otras personas. Total, para que luego terminen desapareciendo… Sin embargo, tras ese pensamiento pesimista, se esconde un extraño y maldito don que posee: ella puede ver los números que simbolizan la vida restante de cada persona. Sólo le hace falta fijarse en el interior de sus ojos para saber cuánto le queda a su madre de acogida, a sus compañeros de instituto, hasta a aquella persona que más necesita en el mundo… ¿Qué pasará cuando se vea envuelta en un atentado terrorista y la policía la busque frenéticamente por considerarla un asunto de Seguridad Nacional?
Ilustración © Laura Carlin
Numbers, un título que no te dice nada y que, a la vez, lo dice todo. La primera vez que lo miras, puede engañarte; tal vez ni siquiera te llame la atención. Pero estad atentos, pues dentro de estas solapas se esconde una historia frenética e increíble. Su presentación poco suntuosa y humilde engaña a la vista, y el lector se sumerge en la historia sin hacerse grandes expectativas. Cuando ves por primera vez a la chica oculta entre las letras del título, te darás cuenta de lo que ella sabe, justamente de lo que se niega a hablar con nadie: tu muerte. Tu hora definitiva. No sabe el cómo, no sabe el por qué, pero le basta con saber el cuándo corriendo como un reloj de arena que no se detiene. Numbers es ese libro por los que muchos luchan, ese libro que contiene la novedad juvenil del momento, que huye de los clichés, que se arma de valor y nos cuenta una historia dura, regida por un entorno realista, con acción que se desborda por las páginas y sentimientos encontrados en cada cruce de miradas. Rachel Ward ha debutado como nadie, con una novela de planteamiento sencillo que nos recuerda al exitoso manga de Tsugumi Ouba y Takeshi Obata, “Death Note” pero que, mientras avanzamos en la trama, se va convirtiendo en un “algo” totalmente original y, sobre todo, adictivo. No temáis: aquí no encontraremos protagonistas sosos sin chicha, o protas con súper poderes pero vacíos de mollera. En cambio, lo que encontramos es a una pareja atípica (empezando porque ÉL, Spider, es negro, ¡por fin!) que no se deshacen en cumplidos ni en un romance cliché nacido con la ayuda del espíritu santo. Nos encontramos a Jem, una chica que ha sufrido, una bruta con cero habilidad social y a Spider, un chico conflictivo que no quiere acabar como los típicos negros del barrio o las películas pero que, aunque le duela, va por el mismo camino. Una pareja atípica, que nos mantendrá en vilo durante una novela que se hace corta, no por su simpleza, sino por la gran dosis de entretenimiento que nos aporta. Jem sabe cuándo morirá Spider, y será pronto… ¿Cómo podrán evitarlo? ¿Cómo podrá volver a mirarlo a los ojos? Muchas cuestiones que iremos descubriendo, siendo presa de la sorpresa en muchas ocasiones. Como podéis ver, he disfrutado de esta novela como hacía tiempo no lo hacía con otra. Al acabarla no he dejado de pensar en su final (desgarrador y abierto a la segunda parte), en su continuación… en todo. No sólo son los personajes, bien armados y sin incongruencias, sino que la trama me ha atrapado y conseguido hechizar. El estilo narrativo de la autora es sencillo y sabe cómo engancharte sin remedio, recreando un ambiente oscuro, lleno de callejones sucios y barrios decadentes, de casas con fachadas mugrientas y pintura descascarada. De este suburbio sale una princesa lejana a los cuentos de hadas, cuyo enemigo es la muerte y el dolor; y junto a ella nace un príncipe negro que no se baña y que lo único que desea es no ser una estadística más y tener un futuro con su princesa.

Lamentablemente, Numbers sufre una única y última caída en la estrepitosa huida hacia el final de la novela. No es demasiado estrepitosa y no tenemos que lamentar muertos o heridas graves en el argumento, pero no todo podía ser color de rosas. Aunque la novela ha sido una gozada y os la recomiendo encarecidamente, sí que es verdad que hubieron ciertas “razones” que me parecieron inverosímiles y el ritmo final se me antojó algo errático, como si la autora hubiera perdido por unos segundos el hilo. El final es perfecto, pero siento mucho miedo en pensar en una segunda parte. Debéis saber que esta novela es la primera de una trilogía. Yo me pregunto: ¿era realmente necesario? Tal vez sí… todo se verá en la segunda aventura. Si está a la altura de Numbers, no dejaré de darle las gracias a la autora por haberlo continuado.

Rachel Ward me ha sorprendido gratamente en su debut literario, ofreciéndome una novela diferente, adictiva y por la que me quito el sombrero. Me ha sabido mantener en vilo desde el principio, facilitándome la lectura con toques románticos, acción desbordante y una trama interesante y original en la literatura juvenil. Ha sido una vuelta de tuerca magnífica con unos personajes que valen el tiempo del lector. No me ha tomado el pelo en ningún momento ni ha cuestionado mi inteligencia. Le agradezco enormemente que se haya arriesgado y haya creado una novela como Numbers. A todos vosotros que me leéis, os recomiendo encarecidamente atreveros también y sumergiros en la magia numérica de Jem y Spider, donde la muerte, el tiempo y el amor se dan la mano en un trío mortalmente adictivo

No esperéis una complicada secuencia matemática: preparaos para una buena sesión de adrenalina, amor, suciedad y, sobre todo, luchar contra lo inevitable.

Rachel Ward estudió Geografía y ha trabajado para diversas instituciones locales. Como escritora, Ward logró un gran éxito al publicar su primera novela, Numbers, con la que quedó finalista de premios como el Waterstone o la Carnegie Medal. [Fuente: Lecturalia]