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Nunca es demasiado tarde (2013)

Publicado el 11 diciembre 2014 por Rugoleor @rugoleor

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Póster: Nunca es demasiado tarde (2013)

“Nunca es demasiado tarde” es un conmovedor cuento, un quijotesco retrato de la vida, el amor y la muerte. Meticuloso y organizado hasta el punto de la obsesión, John May (Eddie Marsan) es un trabajador del ayuntamiento encargado de encontrar a los familiares de los que han muerto solos. Cuando se reduce su departamento, John deben aumentar sus esfuerzos, emprendiendo un viaje liberador hacia el fin de sus días.

Calificación: 7,097.

Tráiler de la Película

Ficha

Título Original: Still Life.
Director: Uberto Pasolini.
Guionista: Uberto Pasolini.
Actores: Eddie Marsan, Joanne Froggatt, Karen Drury, Andrew Buchan, Neil D’Souza, David Shaw Parker, Michael Elkin, Ciaran McIntyre, Tim Potter, Paul Anderson, Bronson Webb, Leon Silver, Lloyd McGuire, Wayne Foskett, Hebe Beardsall.
Productores: Uberto Pasolini, Christopher Simon, Felix Vossen.
Fotografía: Stefano Falivene.
Música: Stefano Falivene.
Montaje: Gavin Buckley, Tracy Granger.
Diseño de Producción: Lisa Hall.
Diseño de Vestuario: Pam Downe.
Países: Reino Unido, Italia.
Lugares de Rodaje: Londres (Reino Unido).
Fechas de Rodaje:
Año: 2013.
Duración: 93 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Comedia, Drama.
Estreno: 21-11-2014.
DVD (Venta):
Distribuidora: A Contracorriente Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 9.244.
Recaudación: 62.731,51 €.
Visitas: 0.

Fotograma: Nunca es demasiado tarde (2013)

Crítica

23-11-2014 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

El buen samaritano

Con “Nunca es demasiado tarde” estamos ante una emotiva comedia con ribetes dramáticos, centrada en los esfuerzos de un discreto funcionario –a punto de sufrir, como tantos otros, los recortes del descalabro económico–, a la hora de ponerse en contacto con familiares de personas que han muerto en soledad y que nadie reclama. Se trata de un sensible ser humano, al que da vida con sutil emoción el poco conocido, pero muy competente, actor británico Eddy Marsan, al que pudimos ver en la recomendable teleserie “Ray Donovan”. Original punto de partida de un título tan inusual como recomendable, filmado con la delicadeza propia del caso.

El egoísmo de familiares que ignoran y, en ocasiones, desprecian al molesto difunto, confiere hondura a esta melancólica fábula intimista, realzada por un peculiar sentido del humor. El obvio minimalismo estético de “Nunca es demasiado tarde” no impide que el espectador se identifique con ese buen samaritano, todo lo modesto que se quiera, pero capaz de prestar toda su ternura a situaciones que, por desgracia, son cada vez más frecuentes en relación con personas abandonadas a su suerte en un mundo que se degrada a pasos agigantados.

Película de pequeños apuntes sobre las grandes desdichas, sobre el sueño eterno y sobre una idea que está muy presente a lo largo de la proyección, representada con la imprescindible ironía: que la muerte forma parte de la vida, como el nacer. Porque, en el fondo de la película palpita una inequívoca piedad humana, a pesar del estrecho decorado en el que vemos moverse a los personajes, la lentitud onírica de sus gestos y de sus palabras, la frialdad de las luces, que producen la impresión de que estamos en un mundo de almas selladas, ajenas las unas a las otras, cerradas sobre sus insondables secretos. Factores que nos hunden lentamente hasta el fondo de unas aguas heladas y petrificantes.


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