Revista Cultura y Ocio

Nunca quise ser Batman – @soy_tumusa

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

El trabajo más importante de un superhéroe es salvar, rescatar y cuidar a las personas que más lo necesitan. Con esa certeza me desperté una mañana, cuando la luz me cegaba los ojos al colarse por la ventana de su habitación. Yo que nunca creí en los superhéroes, yo que nunca quise ser Batmam ni Supermán, me vi en la obligación de salvarle y cuidarle, el resto de mi vida.

Me cayó como jarro de agua fría, entre miedos y comeduras de cabeza. Mal cuerpo, malas ganas, que mal todo. En aquel momento solo pensé en la molestia de cambiar mi modo de vida, mis comodidades para adaptarme a una nueva etapa que básicamente me venía dos tallas grandes. Tuve mis momentos de flaqueza, no había día que no pensara en cortar por lo sano, terminar aquella fortuita relación antes de que sus raíces se engancharan a mi piel, pero cobarde es mi segundo apellido, si hubiera tenido un par de huevos, hubiera quedado todo en un mal sueño, me repetía una y otra vez mientras los días pasaban y mi sangre se mezclaba con la suya, mi piel se estiraba a la vez que su corazón latía, hay que ver que extraña sensación, hoy lo recuerdo todo con anhelo y con pena por no haber disfrutado ni haberme dado cuenta de lo genial que a veces es la vida, y lo poco que sabemos saborearla. Nos damos cuenta tarde, pero al menos, nos damos cuenta a tiempo y solo nos queda sonreír y pensar, tranquilo, mamá ya está aquí.

Todo comenzó con un latido, si, de esos que le dan el vuelco al tuyo y lo aceleran y una patada de esas que duelen pero no duelen, pero si te hacen abrir los ojos y despertar y de repente dices, “¡Coño, eso lo he notado!”…y a partir de ese día ya no puedes dejar de escuchar, de sentir y de querer. Duele mucho que tu vida se quede patas arriba en un inesperado momento, pero deja de doler cuando te paras, y le miras. Salió todo sucio y ensangrentado, pero sus ojos, tan grandes como los míos coincidieron por primera vez y se paró el tiempo, las dudas, los miedos; sólo nos quedamos él y yo, todo lo demás se esfumó de repente, en esa habitación solo éramos dos en uno, no había problemas, no había en ese momento más vida que la suya.

Aquel día pase de ser persona a ser mamá, a ser Batman, Ironman o Supermán, porque cuando mis ojos se quedaban mirándole mientras dormía, yo sólo quería cuidarle, protegerle, no quería dedicarme a otra cosa que no fuera salvar su vida, el resto de la mía. Su presencia me hizo cambiar la manera de ver las cosas, me hizo mejor, más valiente y fuerte. Crecía con cada caricia suya, su tacto suave y su olor a bebé, a nuevo, me daban más paz que cualquier cosa de éste mundo. Me dediqué a velar por su sonrisa, era un regalo diario que nunca quería perderme, y pensar que quería cortar por lo sano…

Hay nudos que jamás se pueden deshacer, que nunca se podrán cortar, que son más fuertes que la propia voluntad, eso creí en el momento que le cogí en brazos, el tremendo error que hubiera cometido si me hubiera desprendido de él antes de conocerle. Yo que soy cobarde de nacimiento, esa vida tan diminuta me da valor día a día a enfrentarme a todo, soy fuerte por él y creo tener el superpoder de tirar hacia delante y saltar las piedras que me pongan en el camino porque yo soy Batman.

Visita el perfil de @soy_tumusa


Volver a la Portada de Logo Paperblog