Revista Cultura y Ocio

Obispos Mozárabes, Refugiados en Toledo a mediados del siglo XII

Por Pablet
Resultado de imagen de obispos mozarabesOBISPOS MOZÁRABES, REFUGIADOS EN TOLEDO Á MEDIADOS DEL SIGLO XII.
El testamento (le D. Domingo Antolín, alguacil mayor y alcalde de Toledo, redactado en árabe y fechado en 29 de Diciembre de 1161, merece singular atención . Lo 11a publicado y traducido D. Francisco Pons Bolgues en sus Apuntes sobre las escrituras mozárabes Toledanas que se conservan en el archivo histórico nacional
Y mandó (concédale Dios la salud) que se den al metropolitano excelente (concédale Dios sus mercedes) cinco mizcales ; al obispo Don Juan de Marchena un mizcal, y al obispo Don. Félix un mizcal y á los racioneros de la iglesia de Santa Leocadia, sita en lo interior de la ciudad, un mizcal.
Refiere el arzobispo D . Rodrigo (I) (lire cuatro obispos, huyen= de lit persecución suscitada por los Almohades en 1143, hallaron refugio en este ci , uiro de Fspada . Conoció aquel ínclito historiadog á personas que. habian visto y tratado'á uno de los cuatro prelados ; el cual se llamó Clemente, fué electo arzobispo de Sevilla, retiróse ,l Talavera (le la Reina, donde vivió largo tiempo, y falleció . 
De los tres que moraban en Toledo y ejercían actos pontificales, el uno era obispo de Afedinasidonia, el otro de Niebla:, y el otro, r :uya Sede ¡lo expresa D. Rodrigo, se apellidaba de Marchepa. Con ellos había venido url arcediano muy santo y aun taumaturgo. 
Resultado de imagen de obispos mozarabesUno (le los tres obispos fué sepultado en la catedral de Santa María . Ha observado el Sr. Pons la relación que guardan estas noticias, harto lacónicas, con el testamento de D. Domingo Antolin . No haciendo éste mandas síno á filos obispos, es de presumir que el tercero hubiese va fallecido cuando se trazó el testamento (29 Diciembre, 1161) . 
Habíanle sobrevivido el obispo Félix y el obispo Juan, natural de Marchena . Queda, pues, resuelta la grave cuestión de si fué ó no'lvíarchena ciudad episcopal en algún tiempo durante la dominación de los árabes. A priori no se dehe resolver negando ser el hecho posible ; pues consta la translación de algunas cátedras episcopales de unas ciudades á otras, en tal+ lastimoso período, como la de Calahorra que pasó á Nájera, y la de Mérida á Santiago (lo, Compostela . Otras se erigieron de nuevo, como las de Zamora ; Plasencia, Badajoz y Cádiz ; y otras, por último, fenecieron para no levantarse más de su postración, como las de Niebla, Itálica, Fcija, Cabra y Medinasidonia . 
El P. Flórez, discutiendo él paso del arzobispo D . Rodrigo, no admite que pruebe se Hubiese pasado á Marchena la Silla episcopal de Ecija ; antes bien, dice (1), «es de recelar si en lugar de Málaga se lee allí aíarchena; pues en el texto marginal del tomo 2, de la España ilustrada, pág) . 70, hay una adición que habla del obispo de Málaga .» 
No hay que recelar equivocación en el cuerpo textual, defendidopor todos los códices y evidenciado por la presente escritura del mozarábigo . Jiian, el nacido en Marchena ( s;~I~1 es el nombre del obispo á quien el arzobispo D. Rodrigo hace referencia en postrer lugar, dejándonos incierta la Sedé, que no quiso ó no supo denominar, porque por ventura no esotro sino -el prelado de Marruecos, que vino de allende el mar coa los cristianos que regía en la corte de Texufín beu Halí (t ¡Marzo, 11415), :según aparece de la crónica de Alfonso VII (2) . La nota marginal, alusiva á un obispo de Málaga, está concehida en estos términos (3) : « Et ¡ti,isto medio accidit quod in canone dicitur de episcopo Malachitano .» 
Está autorizada por el códice Complutense del colegio mayor de San Ildefonso, que no consultó el P. Andrés Schott, editor de la Hispania illu.strata . No pertenece al tiempo de la invasión de los Almohades, sino á época anterior; y así es que en el cuerpo textual va seguido del párrafo concerniente al sabio arzobispo de Sevilla., D. Juan, en la primera mitad del siglo x . 
La intención de D. Rodrigo, si habló del obispo de Málaga, fue demostrar que en dicha época las iglesias mozarábigas, sometidas al poder político de los soberaa)os musulmanes, conservaron su cohesión, católica fe y disviplina canónica : « permissi sunt uti lege et ecelesiasticis institntis, et habere pontifices et evangelicos sacerdotes, apud gàos vi;nit officium Isidori et Leandri, et viget hodie in sea : parochiis Tolelanis . . . . . et usque ad tempore Almohadum, qui imperatoris Aldefonsi tempore incepernnt, in pace instituía evangelice ser-vaverunt.» 
El obispo de Málaga, que dejó de sí, ó de los hechos que le acaecieron, memoria célebre en el canon ó en las decreta les de los romanos pontífice, es Julián, á quien Pascual II repuso en su Silla por virtud' de la bula (Anagni, 1 .0 de Octubre de 1117) Sicut ex vestris, que ha sido publicada y comentada por Flórez (1) y registrada por Loewenfeld bajo el núm . 6561 . Su copia legalizada fué remitida al arzobispo D-. Rodrigo por Honorio III. 
Con este suceso histórico, plenamente demostrado, de la buena acogida que en Toledo hallaron los obispos mozárabes y su clero á mediados del siglo xII, se esclarece más y más lo que dejé establecido (2) acerca de la reacción del oficio. lsidoriano sobre el Romano, que atajó el papa Eugenio III y atestiguó el rey D. Alfonso el Sabio en su cantiga LXIX . 
(1) España Sagrada, tomo xu, pog.214 . Madrid, 1154. (2) BOLETÍN, tO1110 XV, pág. 190. 
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