Revista Comunicación

Objetivos de marketing ¿inteligentes?

Publicado el 13 mayo 2013 por Bettyromerito @bettyromerito

Cuando se trata de fijar objetivos en general y en marketing en especial, habitualmente solemos expresar deseos más que objetivos.

Cuando le pregunto a mis clientes cuál es su objetivo en el mediano plazo responden cosas como: vender más, crecer más, producir más… estas expresiones no son objetivos, son deseos que bien orientados pueden llegar a ser objetivos.

¿Cuál es la diferencia entre un sueño y un objetivo?

El sueño es un deseo que nos lleva a hacer algo ¡y lo hacemos! Porque es algo que queremos alcanzar, pero vamos un poco sin rumbo fijo, como quién inicia un viaje y solo sabe que quiere ir al norte, no tiene un destino especifico sino que solo quiere llegar al norte.

Un objetivo, en cambio es saber que quieres ir al norte, llegar en tres meses y por la ruta corta. Esa es una diferencia sustancial.

¿Cuándo debo determinar objetivos?

Como freelance puedo obtener un cliente (¡ojalá!) en cualquier época del año. Después de las primeras charlas lo que hacemos es determinar los objetivos para trabajar su social media y hacerlo rentable. Sin embargo a la pregunta: ¿Con qué objetivo quieres empezar? La respuesta es (según la época del año) ¡pero si es septiembre!, ya no hace falta plantear objetivos, el año esta por terminar. Error. El mejor momento para fijar una meta es cuando no la tienes. Ya sea una empresa consolidada o un local de fotografía de barrio. Si no se tiene claro el rumbo no tiene sentido iniciar el viaje.

En marketing social (es decir con las redes sociales) es complicado hacer ver el valor de un fan, o de una acción en si misma (anuncios en facebook o twitter, etc.), y la gente cree que por eso mismo no hace falta determinar una meta. Y es esa razón la que nos obliga justamente a plantearnos hasta donde queremos llegar. Sin esa pequeña línea de acción jamás podremos saber si lo que hacemos nos está llevando por el camino correcto.

Hay que plantear objetivos si no los tienes, no importa si es diciembre, mayo u octubre. Y si los has planteado al principio de año, puedes ajustarlos según veas el desempeño de tus acciones (de marketing).

¿Y para que quiero objetivos?

Esta es otra pregunta recurrente, sobre todo en pequeños locales tipo: peluquerías de barrio, bares, cafeterías, estudios de fotografía… mientras vayan teniendo clientes no hacen ninguna acción adicional.

Sin embargo son estos pequeños locales los que tienen un mayor potencial de crecimiento. Una peluquería, por ejemplo, con una página en facebook y una cuenta de twitter podrían duplicar sus clientes en el mediano plazo. En una ciudad pequeña no nos importa movernos un par de kilómetros para encontrar un buen bar o un buen fotógrafo.

Para este tipo de negocios debe haber objetivos planteados. El decir “no cerrar” o “tener clientes” o “tener una web” no es suficiente. Si no se sabe para que queremos una web, es mejor no tenerla porque cuesta, nada es gratis, social media incluido.

Plantear mejor: aumentar mis clientes un 25% en este año, queda mucho más claro. Sabes lo que quieres conseguir y en qué plazo, ahora tienes que dirigir todas tus acciones a llegar a ese objetivo. Y sobre todo, puedes ir ajustando a objetivos más pequeños como: aumentar cada mes dos clientes, si así llegas al 25% más, que es el objeto global.

Yo tengo el poder

Si tienes el conocimiento tienes el poder. Si tienes la ruta y el mapa, ahora solo tienes que emprender el camino y llegar. Si encuentras un obstáculo no importa, porque tienes el mapa y auque des un rodeo, sabes a dónde tienes que llegar y en cuanto tiempo, esa es la magia de tener objetivos.

En marketing social es vital conocer y alinear todas las acciones con los objetivos que se tienen y si no existen, hay que plantearlos, medirlos y corregirlos.

Muchas veces no se tiene claro como hacer estos objetivos, por eso te dejamos esta plantilla para que conozcas lo que es un objetivo SMART (inteligente) y como aplicarlo al marketing de tu negocio. ¡Aprovéchala! Y verás que no es tan complicado establecer objetivos globales que luego puedes hacer más pequeños para darles seguimiento.

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