Revista Tecnología

Obsolescencia programada

Publicado el 22 noviembre 2014 por Damebits

¿Cómo es posible que en California haya una bombilla que ha permanecido encendida desde 1911?
Antes de que llaméis a Iker Jiménez de Cuarto Milenio os hablaré de una cosa llamada obsolescencia programada, y de lo que en principio podía parecer una especie de leyenda urbana, día a día coje más fuerza la hipótesis de que en realidad todos los productos tienen fecha de caducidad, con el único objetivo de cambiarlos por otros más nuevos.

Tengo un amigo que se dedica a reparar electrodomésticos, un día mi lavadora dejó de funcionar después de 5 años y le llamé para que viniera a ayudarme, más que nada para lo típico saber si aquello tenía arreglo o si debía comprar una nueva, me quedé estupefacto cuando empezó a retirar piezas y cuando acabó me soltó un “ahora la lavadora no se te va a estropear jamás”, y desde luego así ha sido.

El caso de la impresora que aparece en el documental de la 2 es todavía más impactante, tras una cantidad de impresiones un chip que las cuenta hace que la impresora en cuestión no quiera imprimir más, al final la solución es descargarse un software ruso (da mal rollo pero funciona) que resetea ese contador para que vuelva a imprimir como si se tratara del primer día.

Ahora pensad en las típicas frases “Es que ya nada se hace como antes”, “Aquel viejo teléfono se caía y parecía irrompible”, “la batería duraba una semana”, y con la cara de indignación que estáis poniendo reflexionemos todos juntos si no se trata de un plan maquiavélico de los fabricantes para que tras una temporada volvamos a comprar.

Imagino la gran ruina que supondría que no tuviéramos que cambiar nunca de televisor, de ordenador, de móvil… sería una ruina para los productores, claro, para los usuarios eso supondría un ahorro sin precedentes.

Durante los últimos años el marketing ha consistido en generarnos nuevas necesidades, que quizás no teníamos, si tu smartphone te funciona perfecto no tienes ninguna necesidad, pero si en cambio a los dos años se ralentiza, el botón central no responde, etc. es mucho más fácil que esa necesidad que te generan las marcas te influya, porque entonces verás razones más o menos lógicas para cambiar.

Con todo ello la cuestión es qué hacer con todo lo sobrante, porque si vamos haciendo como en el vídeo comprar tirar y comprar, lo que tiramos deberíamos ser capaces de reclicarlo, cosa que hoy en día deja mucho que desear, ya que hacemos el mal, por lo menos intentemos que el impacto social y medioambiental sea el mínimo posible ¿no?

Puestos a pensar mal, “piensa mal y acertarás”, seguro que ya existe una batería que dura una semana y no se desgasta, un tipo de coche que no necesita combustible y que es eléctrico con una autonomía increíble, procesadores más rápidos y duraderos, y así un largo etcétera, pero primero hay que ser capaces de consumir lo que ya está producido, hacerlo paulatinamente, respondiendo a esa política de los mercados.

La parodia del iPhone

Todos recordamos las parodias de los anuncios de Apple, incluso su competencia más directa como es Samsung la aprovecha para intentar burlarse del tipo de publicidad.
Pero Apple, aunque a algunos no les guste reconocerlo, produce gadgets con un resultado final increíble, con una calidad que está fuera de cualquier duda, y aunque no sean perfectos no creo que sea el ejemplo más claro de esa obsolescencia, aunque todo el mundo conoce el caso del botón central del iPhone…

A lo que iba, la parodia de este último vídeo refleja esa especie de necesidad que tenemos de cambiar un producto por otro porque sí, porque la cámara tiene que ser más potente, el teléfono más grande, pero por desgracia puede que haya otras razones de peso por las que haya que hacerlo, simplemente porque haya dejado de funcionar.


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