Revista Cultura y Ocio

Oliver Cromwell en 1000 palabras

Publicado el 09 marzo 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas
Oliver_Cromwell_by_Robert_WalkerOliver Cromwell. Autor: Robert Walker

Situémonos en la Inglaterra de inicios del siglo XVII. En este país, en aquella época, gobernaba una monarquía, la dinastía de los Estuardo, primero bajo el rey Jacobo I de Inglaterra (y VI de Escocia), y después bajo su hijo, el rey Carlos I de Inglaterra y Escocia, siendo este último, el detonante esencial para poder entender el ascenso al máximo poder en este país, por parte del protagonista de este artículo: Oliver Cromwell.

El monarca Carlos I tuvo, en general, unas muy malas relaciones con el Parlamento inglés, del que dependía en muchas ocasiones para poder hacer muchas de sus políticas, sobre todo en materia de política exterior y en materia presupuestaria. Estas malas relaciones comienzan ya desde que el rey era Príncipe de Gales, por su matrimonio con la princesa Enriqueta María de Francia, hermana del rey francés Luis XIII, por el hecho de ser una princesa católica, algo que a ojos de muchos miembros del Parlamento supondría una afrenta hacia el protestantismo y supondría un importante cambio en el mapa geoestratégico de Europa y en el equilibrio de poderes en el continente europeo.

Todo esto trajo como consecuencia, entre otras muchas cosas, que Carlos I gobernase de manera absolutista e incluso tiránica, disolviendo el Parlamento en múltiples ocasiones y convocándolo otras tantas veces cuando tenía necesidades económicas.

Estas necesidades económicas se basaban, sobre todo, en mantener los elevados costes económicos de enfrentarse a diversos conflictos bélicos internos (Guerra de los obispos en Escocia) y externos (guerras con España y Francia), y además obteniendo unos resultados poco satisfactorios, o incluso humillantes para sus intereses.

En vista de todo este panorama, el Parlamento inglés se endureció con el monarca a la hora de negociar las diversas medidas que proponía, ya que exigió condiciones muy duras al monarca para poder obtener la financiación que el monarca necesitaba. Uno de los miembros del Parlamento era Oliver Cromwell, aunque no va a destacar demasiado como tal.

El enfado que había entre el rey Carlos I y el Parlamento era tan grande, que al final se llegó hasta el punto de estallar la llamada Guerra Civil inglesa (a veces también llamada Revolución Inglesa), entre los dos bandos: los realistas (partidarios del rey), y los parlamentarios (partidarios del Parlamento).

Oliver Cromwell, ante este conflicto, fue capaz de reunir a un pequeño escuadrón en el condado de Cambridgeshire, que consiguió algunas pequeñas victorias en este condado, y después fue capaz de integrarse en las milicias parlamentarias durante este conflicto. Este conflicto bélico termina, finalmente, con la victoria del bando parlamentario, que hizo con el poder, y mandó ejecutar al monarca.

Después de la ejecución de Carlos I en 1649, que supone el fin de la Guerra Civil inglesa, se proclama la República (también llamada Commonwealth) y se abolió la Cámara de los Lores, la principal institución política de la aristocracia. Oliver Cromwell se convirtió en el presidente del Consejo de Estado, el organismo parlamentario que gobernó en la nueva Inglaterra republicana, que dependía del ejército, junto con el Parlamento.

Uno de los acontecimientos más importantes a nivel de política interior fue el intento, por parte de los realistas, de invadir Inglaterra desde Irlanda, con la ayuda de la Santa Sede, cuya respuesta fue la intervención militar en Irlanda por parte de Cromwell, que tuvo éxito.

A continuación, en Escocia los realistas habían proclamado rey al futuro Carlos II, hijo de Carlos I y su legítimo sucesor. La respuesta a este conflicto fue similar a lo sucedido en Irlanda y con el mismo resultado. Estas victorias militares le otorgaron prestigio a nivel personal a Cromwell, algo que utilizó como uno de los fundamentos para la instauración de su futura dictadura. Fuera del ámbito militar, en el plano económico, Cromwell aprueba, en 1651, las Actas de Navegación, que restringían el uso de barcos extranjeros en el comercio de Inglaterra. Estas Actas de Navegación serían el detonante de la Primera Guerra anglo-holandesa.

En 1653, Cromwell disolvió el Parlamento y redactó una Constitución en la que, entre otras cosas, Cromwell se otorgaba a sí mismo el título de Lord Protector, con lo que Cromwell posee un poder absoluto e instaura un régimen que muchos historiadores señalan como dictatorial (aunque no todos los historiadores están de acuerdo con ese matiz).

Este nuevo régimen instaurado por Oliver Cromwell se llamó Protectorado, un régimen, en el cual, además de denominarse a sí mismo como Lord Protector, tenía derecho a nombrar a su sucesor. Aunque se proclamó la libertad de culto y de conciencia, en realidad el gobierno de Oliver Cromwell persiguió a los católicos y permitió la tortura de los considerados “blasfemos”, si bien es cierto que permitió el retorno de los judíos a Inglaterra 350 años después de su expulsión.

En lo referido a política exterior, tuvo lugar la Primera Guerra anglo-holandesa (1652-1654), promovida por Inglaterra para controlar el comercio marítimo a nivel mundial, y además, favorecer a la burguesía inglesa, el principal apoyo social de Cromwell. Con la victoria en esta guerra, Inglaterra se convierte en la primera potencia comercial marítima del momento.

También en este periodo tuvo lugar la Guerra anglo-española de 1655-1660, debido a su rivalidad comercial en América, en la que los ingleses conquistaron Jamaica, obtuvieron privilegios en América y consiguieron romper el monopolio comercial español en América, permitiendo el comercio inglés en América, pero también supuso una importante pérdida económica para Inglaterra, debido a la ruptura de relaciones comerciales con España. Finalmente, Oliver Cromwell muere en el año 1658 (supuestamente, debido a la malaria y a un cálculo renal).

Tal como Oliver Cromwell designó, a su muerte sube al poder su sucesor, su hijo Richard Cromwell. Sin embargo, Richard Cromwell no tenía apoyos ni en el Parlamento ni en el ejército. En esta situación, tuvo que dimitir al año siguiente de su llegada al poder. Así, el general Monck gobernó temporalmente hasta que el Parlamento decide volver a la monarquía, y pone en el poder a Carlos II, lo que supone el retorno de la dinastía Estuardo a Inglaterra.

Simón de Eiré


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